"Basta de grilletes en los pies", dijo Matteo Salvini ante los periodistas tras presentar en el Senado una moción de censura que pretende terminar con la gestión de Giuseppe Conte, que asumió el cargo de primer ministro en junio de 2018, tras meses de deliberaciones y tensiones entre el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) —que lidera Luigi Di Maio— y la Liga —de Salvini—, los más votados en los comicios del 4 de marzo de ese año.
En ese momento, el M5S había duplicado en votos al partido populista de derecha, pero en las recientes elecciones europeas, la Liga pasó al frente apoyado en la fuerte retórica nacionalista de Salvini. El líder quiere utilizar esa aparente ventaja para forzar una nueva elección en el corto plazo y ser consagrado premier.
"Demasiados noes hacen daño a Italia, que, por contra, necesita volver a crecer y volver a votar rápidamente. Quien pierde el tiempo perjudica al país y solo piensa en la poltrona", se lee en una nota difundida por la Liga, tras la presentación de la moción en el Senado.
Salvini ha exigido que los senadores y diputados regresen a Roma de las vacaciones para que Conte constate en el Parlamento su falta de apoyos, presente su dimisión, y para que el jefe del Estado, Sergio Mattarella, convoque los nuevos comicios.
Tras la retirada del apoyo de la Liga al Gobierno, el primer ministro tenía básicamente dos opciones: presentar su dimisión a Mattarella o acudir al Parlamento para verificar su apoyo, y este se ha decantado por la segunda opción.
Conte ofreció anoche un duro mensaje en el que acusó a Salvini de dinamitar la coalición para aprovechar su tirón electoral, tras las elecciones europeas, en las que fue el más votado del país, y avanzó que acudiría al Parlamento para hacerlo dar explicaciones.
El Parlamento está ahora mismo cerrado y se espera una reunión de los portavoces en los próximos días para convocar la sesión que vote la moción, que se espera hacia el 20 de agosto, según los medios locales.
Una vez que Conte constate que no tiene el apoyo de las Cámaras, pues solo lo apoya el M5S, debería acudir ante el jefe del Estado para presentar su dimisión.
En caso de que Mattarella se decantara por disolver el Parlamento y convocara elecciones, estas deberán tener lugar en un plazo mínimo de 45 días y en un máximo de 70, por lo que los comicios deberían celebrarse en la segunda mitad del mes de octubre.
Sin embargo, no es la única carta reservada al jefe del Estado, pues podría tantear la formación de un nuevo Gobierno con la actual composición del Parlamento, surgido en las elecciones del 4 de marzo de 2018, o designar un gobierno tecnócrata y provisional. Esta opción ha sido rechazada tanto por la Liga como por el M5S.
Según un sondeo realizado el 31 de julio por el instituto Ipsos para el Corriere della Sera y publicado ayer, la Liga de Salvini obtendría el 36% de los votos en unas próximas elecciones generales y alcanzaría el 50,6% en coalición con los ultraderechistas Hermanos de Italia (7,5%) y Forza Italia (7,1%).
(Con información de EFE)
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