La nieta de 22 años de Robert F. Kennedy, Saoirse Kennedy Hill, fue sepultada el lunes en una ceremonia fúnebre privada, dijo un portavoz de la familia, luego de que la joven falleció la semana pasada tras ser hallada inconsciente en el complejo familiar en Hyannis Port, Massachusetts.
Hill fue enterrada después de una misa en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria en Centerville, Massachusetts, dijo Brian O'Connor, portavoz de la familia.
Sus padres y su abuela de 91 años, Ethel Kennedy, asistieron al servicio privado en Centerville, en el sudeste de Boston en Cape Cod, junto a otros miembros del clan Kennedy, reportaron medios locales.
Hill había sido traslada de urgencia al Hospital de Cape Cod poco después de las 3.00 p.m. hora del este de Estados Unidos (1900 GMT), después de ser hallada inconsciente en una propiedad de Hyannis Port. Más tarde fue declarada muerta.
Una autopsia no encontró trauma en el cuerpo de la joven, por lo que la causa y forma de su muerte será determinada por pruebas toxicológicas, dijo el viernes la oficina del fiscal de distrito local.
El diario The New York Times, citando a dos personas no identificadas a las que describió como cercanas a la familia Kennedy, reportó que Hill habría muerto de una sobredosis de drogas.
Hill estudiaba en el Boston College, donde cursaba comunicaciones y era vicepresidenta del grupo estudiantil College Democrats, según el Times. La joven debía graduarse el año próximo del Boston College, murió el jueves pasado en la residencia propiedad de la viuda de Robert Kennedy, uno de los hermanos menores del presidente estadounidense John F. Kennedy y candidato a presidente en 1968, a donde la policía concurrió en respuesta a una llamada de emergencia.
La joven había escrito sobre su lucha con la depresión mientras estudiaba en una escuela preparatoria privada en Massachusetts en 2016. Ella escribió la carta luego de un largo período en un centro de salud como un pedido desesperado por contención, compasión y respeto por parte de la comunidad educativa. "La gente habla libremente sobre el cáncer; ¿por qué es tan difícil hablar de los efectos de la depresión, de la bipolaridad, la ansiedad o los trastornos esquizofrénicos?", se quejaba.
(Con información de Reuters)
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