No había tiempo de pensar. El 29 de julio en el municipio de Chongqing, en China, estaba por ocurrir una tragedia. Un niño de tres años se aferraba a la baranda de un balcón en el quinto piso. Solo se sostenía por sus brazos y sus piernas desnudas se balanceaban sin encontrar sostén.
Luego de unos minutos de maniobrar, de intentar trepar, las manos no soportaron el peso y el pequeño cayó. El video que muestra el impactante momento también conserva el sonido ambiente del episodio y el grito ahogado de quienes atestiguan la caída deja sin aliento al espectador.
Los vecinos, solidarios y astutos, se organizaron de manera sorprendentemente veloz. Cuando el pequeño resbaló ya había media docena de ellos sosteniendo dos edredones que sirvieron para amortiguar su caída. La heroica tarea colectiva salvó al pequeño y la cinta del aterrador momento da vueltas al mundo.
La difundió la red global de TV china CGTN en sus redes sociales. Junto al video confirman su veracidad y aportan datos específicos como la edad del pequeño y la fecha.
Hace poco más de un mes, el 27 de junio pasado, se conoció un hecho similar. El héroe del día fue un adolescente argelino que salvó a una niña de dos años que cayó de un balcón en Estambul.
La pequeña Doha se acercó a la ventana de su casa, que está en un segundo piso, mientras su madre cocinaba. Debía estar cerrada, pero estaba abierta. El joven de 17 años Feuzi Zabaat, que trabaja en una tienda de la misma calle, se dio cuenta justo a tiempo de que la niña estaba demasiado cerca del borde. Sin dudarlo, se acercó al edificio y se paró debajo de la ventana. Doha cayó. Pero Zabaat estaba listo y logró sujetarla cuando estaba a punto de golpear contra el suelo. La salvó de un golpe que podría haberla matado.
Y el año pasado, otra pequeña también se salvó por la actitud de un buen vecino. En esta oportunidad, ocurrió en Chile. El video es escalofriante… De hecho, es muy difícil verlo completo sin apresurarse a adelantarlo hasta el final.
En la grabación se ve a una pequeña niña, de unos 4 años, jugando al borde de una ventana en un quinto piso, en Viña del Mar. La niña no advierte el peligro, se inclina al precipicio y cada movimiento es más dramático para el espectador.
Afortunadamente, en el edificio de enfrente funciona un consultorio médico y la paciente que en ese momento esperaba su turno vio lo que sucedía. Desesperada, pidió ayuda.
El médico Heraldo Seguel escuchó los gritos de la paciente y luego de llamar a emergencias, cruzó la calle corriendo y se las ingenió para llegar hasta la puerta del departamento donde encontró a la madre de la niña hablando por teléfono."Abrió la madre, que estaba hablando por teléfono, le señalé que su hija estaba en la ventana, la llamó y la sacó", contó el médico.
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