La policía de Hong Kong utilizó gases lacrimógenos el domingo durante una nueva ola de manifestaciones contra el gobierno chino que dejaron un saldo de 49 detenidos y 16 heridos, provocando una verdadera batalla campal en las calles de la ciudad.
Los manifestantes, que portaban cascos, máscaras de gas y chalecos, intentaron protegerse con escudos y paraguas, símbolo de la protesta en Hong Kong, y luego respondieron lanzando ladrillos y huevos detrás de barricadas improvisadas en el distrito Sai Wan.
(Twitter/@alexhofford)
En un video tomado por la agencia Reuters puede verse a las fuerzas de seguridad avanzando con sus escudos, enfrentándose a los manifestantes armados con sus paraguas de colores que son una referencia a las masivas protestas de 2014.
Luego la policía comienza a disparar el gas lacrimógeno, de acuerdo a las imágenes, y las calles se llenan de fuego y humo.
Algunos de los activistas son entonces vistos intentando contener el humo o pateando los botes lejos de las concentración de personas.
Diferentes videos surgidos en redes sociales muestran en tanto una de las tácticas de los manifestantes para "apagar" una de estas granadas de gas lacrimógeno utilizando agua y un cono vial de seguridad.
Al menos 49 personas fueron detenidas y otras 16 resultaron heridas en la manifestación , que salió adelante a pesar de haber sido prohibida por las autoridades.
En un comunicado emitido lunes, la Policía confirma que los arrestados están acusados de tomar parte en una manifestación ilegal -penado en Hong Kong con entre 3 y 5 años de cárcel y multas– o posesión de armas ofensivas.
La violencia ejercida por las fuerzas de seguridad antes quienes se movilizan desde marzo en contra de una polémica ley de extradición y de la jefa del ejecutivo Carrie Lam, cercana al gobierno central chino en Beijing, viene en alza y está provocando reacciones.
El domingo, durante la última de estas protestas que se repiten cada fin de semana, cientos de policías bloquearon el avance de los activistas contra la oficina del representante del gobierno chino en la ciudad.
Las manifestaciones comenzaron el 31 de marzo y motivadas por una polémica nueva ley de extradición que según sus críticos permitiría a Beijing ejercer un mayor control sobre Hong Kong, que goza de un status legal especial dentro del territorio chino a raíz del tratado de cesión de soberanía de la ciudad del Reino Unido a China en 1997.
Ante las fuertes presiones, el proyecto de ley fue supendido, pero los activistas no cesaron las protestas, esta vez direccionadas al gobierno chino y Lam, su aliado local.
Beijing, por su parte, niega que la ley signifique un intento de intervenir en Hong Kong y ha advertido sobre la violencia ejercida por los manifestantes.
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