El crimen de dos adolescentes conmueve a Rumania. Gheorghe Dinca, de 65 años, después de negarse a responder a las autoridades, confesó que asesinó a Alexandra, de 15 años, y a Luiza, de 19. La primera de ellas había desaparecido hacía tres días, mientras que desde abril no había noticias de Luiza.
El abogado Alexandru Bogdan reconoció a la agencia de noticias Agerpres que el sospechoso "confesó los crímenes". Después de negarse inicialmente a responder cualquier pregunta, Dinca finalmente cedió y admitió los asesinatos de las jóvenes.
"Mi cliente dijo que las dos adolescentes lo habían acompañado voluntariamente, pero en ambos casos, un conflicto estalló poco después y él las golpeó, los golpes resultaron en su muerte", agregó el abogado.
Cuando los padres de Luiza denunciaron en abril la desaparición, la policía fue reacia a investigar, argumentando que seguramente la joven había huido con un novio, "con su príncipe azul". Esta semana, la familia de la víctima acusó a las autoridades de haber arruinado la investigación.
Luiza desapareció hace tres meses en la misma zona en circunstancias similares a las de Alexandra.
Tras la confesión de este domingo, la policía encontró restos humanos carbonizados en un tambor metálico detrás de la casa del sospechoso en Caracal, sur de Rumania, según informó la fiscalía.
El caso ya les costó el puesto al jefe de la Policía rumana, a tres oficiales de la policía local y al prefecto del departamento de Olt, acusados de cometer varios errores en la investigación.
Luego del allanamiento a su vivienda, Dinca fue detenido el sábado.
El pasado jueves por la mañana, un día después de su desaparición, Alexandra logró comunicarse con emergencias en tres oportunidades. En las comunicaciones la adolescente entregó pistas sobre el lugar en el que se encontraba secuestrada.
Ella gritó: "¡Viene, viene!", antes de que se cortara la línea, reconoció la policía.
Los agentes registraron tres edificios antes de que finalmente encontraron la casa donde había estado detenida, más de doce horas después de sus llamadas telefónicas. Luego, la policía solicitó una orden de registro, que no se requiere en emergencias, y esperó hasta el amanecer para ingresar a la casa, diecinueve horas después de la última comunicación.
La fiscal Georgiana Hosu indicó que sospechaba "que Dinca mató a Alexandra después de haberla secuestrado y violado". Añadió que las autoridades creen que el asesinato fue similar al de Luiza.
Hosu también dijo que se creía que Alexandra fue asesinada el jueves poco después de intentar pedir ayuda.
El caso generó tal conmoción e indignación por el accionar de la policía al punto de que el sábado por la noche miles de manifestantes se movilizaron por las calles de Bucarest.
La ministra del Interior, Nicolae Moga, anunció el viernes por la noche que había despedido al jefe de la policía, Ioan Buda; otros cuatro funcionarios también fueron obligados a renunciar.
El presidente de centroderecha, Klaus Iohannis, quien frecuentemente está en desacuerdo con los socialdemócratas en el poder, dijo que "las renuncias de todos los que manejaron mal este caso que tuvo consecuencias tan dramáticas son obligatorias".
(Con información de AFP)