Como cada 14 de julio Francia conmemoró este domingo su Día Nacional con un impresionante desfile militar en la avenida de los Campos Elíseos en París, bajo la dirección del presidente Emmanuel Macron y la presencia de líderes de todo el mundo.
Y al igual que en otras ocasiones la oportunidad fue la ideal para mostrar el poderío militar francés y parte de su armamento más novedoso.
En la Fiesta Nacional de Francia se recuerda el 14 de julio de 1789, cuando revolucionarios asaltaron y tomaron la fortaleza de la Bastilla, prisión y símbolo del poder real en el país, en un evento clave de lo que fue llamado la Revolución Francesa.
Este domingo, 230 años después de aquellos hechos que llevarían a la creación de la República Francesa, en las calles parisinas pudo observarse a diferentes sistemas de armas tradicionales y vanguardistas.
Los soldados franceses se mostraron con fusiles anti-drones DroneGun Tactical de la empresa australiana DroneShield, un arma con la capacidad de forzar el aterrizaje de vehículos no tripulados a un alcance máximo de dos kilómetros, al anular a su operador el control del aparato.
También pudieron verse drones del ejército, junto a sus lanzadoras montados sobre camionetas, y otros vehículos no tripulados terrestres. Se pudo observar, además, a un soldado portando un avanzado exoesqueleto de la firma canadiense Mawashi, que permite a las personas levantar objetos de gran peso, entre otras capacidades.
Pero quien se llevó las miradas fue el empresario y acróbata francés Franky Zapata, pilotando él mismo su "flyboard", una tabla aerodeslizadora en la que el ejército francés ha demostrado interés.
Zapata recibió financiamiento del gobierno francés por 1,3 millones de euros (casi 1,5 millones de dólares) para invertir y mejorar su invención ante la perspectiva de un posible uso militar.
(La invención de Zapata ha captado la atención de los militares franceses)
Más allá de estos proyectos fururistas, el desfile también incluyó armas convencionales que son ya un clásico de la industria francesa.
Tal es el caso de los tanques Leclerc, diseñados en la década de 1980 y prestando servicio actualmente en su versión Séries XXI. Se trata de un vehículo con blindaje compuesto y armado con un cañón de 120 milímetros y dos ametralladoras, similar a los M1A2 Abrams estadounidenses, T-90 rusos o Leopard 2A6 alemanes.
También desfilaron los cañones autopropulsados de 155 milímetros AUF1, incluyendo el bautizado "Mont Igman 95" en honor al despliegue militar francés de 1995 en Bosnia y bajo el auspicio de las Naciones Unidas.
Notable fue también el vuelo de un Airbus A400M Atlas, el avanzado transporte militar lanzado por el consorcio aeronáutico europeo cuyo desarrollo ha estado afectado por numerosos problemas y retrasos.
La aeronave, propulsada por cuatro motores turbohélice y destinada a reemplazar a los C-130 Hércules, puede llevar unas 37 toneladas de carga, con una velocidad máxima de 485 kilómetros por hora y un alcance de entre 3.300 y 6.400 kilómetros.
También estuvieron presentes los cazabombarderos Dassault Mirage 2000 y Dassault Rafale, que constituyen la espina dorsal del componente aéreo de la fuerza de disuasión nuclear de Francia.
Precisamente el poderío nuclear francés fue el gran ausente del desfile militar, descontando el vuelo de estos cazabombarderos que no llevaban armas de este tipo bajo sus alas.
Pero lo cierto es que el viernes Macron estuvo presente durante el lanzamiento de la clase "Suffren", el primero de una nueva serie de submarinos de propulsión nuclear que se complementarán con los Rubis y los Triomphant, estos últimos con capacidad de lanzamiento de armas nucleares.
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