Irán pasó ayer de las palabras a los hechos y confirmó haber superado el nivel de enriquecimiento de uranio permitido en el acuerdo nuclear, llevándolo al 4,5%. La superación del límite de 3,67% fue confirmada también por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que el miércoles se reunirá en sesión extraordinaria a pedido de Estados Unidos.
El próximo paso, advirtió el vocero de la Agencia Atómica de Teherán, Behrouz Kamalvandi, podría ser un aumento del 20%: un nivel que, según los expertos, reduciría significativamente la distancia del 90% necesario para producir armas atómicas, que Irán asegura no querer.
La reacción de Washington no tardó en llegar. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, advirtió hoy que su país "no busca la guerra con Irán. Deseamos dialogar. Deseamos escuchar. Pero Estados Unidos no cede".
También avisó a Irán que "no confunda la moderación estadounidense con una falta de resolución".
En tanto, Teherán relanzó su ultimátum a Europa: para actuar contra los efectos económicos de las sanciones de Donald Trump y para salvar el acuerdo firmado en 2015 restan 60 días. "La puerta de la diplomacia está abierta", asegura. Pero después de esta oportunidad no habrá otra.
El anuncio agita cada vez las tensiones en el Golfo. Desde China, llegó un decidido ataque contra Washington.
"El bullying unilateral es un tumor que se difunde y está creando más problemas y crisis a escala global", denunció hoy Pekín, que de todos modos "lamentó" el anuncio de Teherán sobre el enriquecimiento de uranio.
Por su parte, Rusia manifestó hoy su "preocupación" y recordó que advirtió muchas veces sobre las consecuencias para la seguridad global del retiro unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear. "Estamos extremadamente preocupados por los diversos anuncios" de Irán, comentaron desde la Unión Europea. Mañana estará en Teherán el consejero diplomático del presidente francés Emmanuel Macron, Emmanuel Bonne, para buscar una "desescalada" de la tensión. Sin embargo, Irán insisten en la necesidad de pasar de las palabras a los hechos.
El instrumento financiero Instex que debía favorecer la continuación del comercio todavía está en juego y el gobierno islámico pide a los socios europeos que vuelvan a comprar petróleo o, al menos, que abran una línea de crédito para retomar las actividades comerciales.
Un inconveniente se presenta justamente con uno de los países firmantes del acuerdo, Gran Bretaña, acusada por Irán del bloqueo de su petrolero "Grace 1" en Gibraltar por sospecha de violación de las sanciones de la Unión Europea sobre Siria. Un acto de "pura y simple piratería", según el ministro del exterior iraní, Mohammad Javad Zarif, quien subrayó la ausencia de obligaciones respecto de las medidas restrictivas de Bruselas.
"Irán no es ni un miembro de la Unión Europea ni está sujeto a ningún embargo europeo sobre el petróleo. El secuestro ilegal de la nave crea un peligroso precedente y debe culminar inmediatamente", escribió el diplomático en Twitter.
Con información de ANSA
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