El emotivo episodio ocurrió el 13 de junio de 2016 en el Parque Nacional Mana Pools, Zimbabwe, el lugar en el que el animal vivía tranquilo hasta que recibió un disparo que casi acaba con su vida.
Pretty Boy, el gran elefante, fue agredido por cazadores furtivos que pretendían matarlo para quedarse con sus colmillos y, de esa manera, traficar su marfil.
Hasta ese momento, la vida de Pretty Boy era tranquila, según contaron a la prensa local sus cuidadores: comía pasto y respiraba el aire limpio y puro en ese lugar hasta que su paz fue interrumpida cuando un grupo de cazadores furtivos ingresó al Parque Nacional para matarlo.
Pretty Boy sobrevivió al disparo y con la bala en la cabeza —que le dejó un gran agujero en la frente— caminó durante días en busca de ayuda hasta que finalmente la consiguió.
Fueron los veterinarios del Animal and Wildlife Area Research and Rehabilitation Trust (AWARE) quienes habían llegado a Mana Pools por un alerta que indicaba que un elefante caminaba herido en la reserva.
Pretty Boy vio la camioneta que trasladaba a los médicos y se acercó a ellos para que lo examinaran. Según compartieron ellos mismos en las redes pocas horas después, "el elefante se acercó lentamente mostrando su herida".
De inmediato, ellos bajaron de la camioneta, lo observaron y solo vieron un agujero en medio de la cabeza. Luego le aplicaron un dardo tranquilizante, lo examinaron, buscaron restos de metal con un aparato especial e hicieron una radiografía para ver la profundidad del proyectil.
Con los resultados en las manos, el equipo médico comenzó la intervención para extraerle la bala.
No especificaron cuánto tiempo demoraron en hacerlo, pero sí contaron los detalles: "Apenas que él se puso de lado, comenzó a salir del agujero de su cabeza pus gris, salía como nunca antes lo había visto", contó alguien del equipo de rescate.
El audaz equipo acomodó el cuerpo anestesiado del elefante africano para poder realizarle las práctica médicas.
La segunda sorpresa, luego de ver el pus gris, fue el momento de lectura de la radiografía. "La radiografía, que, en nuestra opinión, confirma la presencia de una bala 'en forma de hongo' que desprendió el cráneo y se alojó debajo de la piel; lo que causó una fractura de los huesos del cornete sinusoidal al nivel de la herida de entrada. La opacidad en los senos adyacentes a la herida de entrada sugiere pus en esa área", aseguró el equipo Aware Trust Zimbabwe.
Al leer la placa supieron que si la bala le hubiera perforado 5 centímetros más abajo, Pretty Boy hubiera muerte al instante.
El procedimiento lo continuó Keith, miembro del cuerpo médico que exploró la herida del elefante con una sonda quirúrgica.
Luego le extrajeron fragmentos de huesos que parecían calcinados y que tenían olor putrefacto: eran parte de sus sesos. Todo el tejido necrosado fue extraído de la cabeza del gran animal.
Los veterinarios fueron asistidos por los guardabosques que en todo momento prestaron una mano con los procedimientos.
"Después de eliminar el pus y las piezas necróticas de hueso con olor desagradable, la herida finalmente fue enjuagada", relataron los médicos al momento de compartir las imágenes del procedimiento.
Pretty Boy comenzó a despertar lentamente y el dolor por la ausencia de anestesia fue inevitable.
"Pretty Boy durmió media hora con la cabeza apoyada contra un árbol después de la operación, obviamente con un gran dolor de cabeza. Nuestros corazones casi se rompen", se lamentaron.
Pero su recuperación fue rápida. "El día después del tratamiento se lo vio mucho más feliz y comiendo bien. Nos sentimos aliviados de saber que también estaba muy relajado a nuestro alrededor", escribieron los veterinarios.
El equipo de Aware Trust Zimbabwe tiene la misión de promover de manera proactiva la conservación y el bienestar de la vida silvestre y los hábitats de ella y brinda especial referencia a la medicina veterinaria de conservación.
Además, busca generar conciencia en la población sobre las amenazas veterinarias y ecológicas que atenta contra la vida silvestre.
AWARE está actualmente administrado por un equipo de veterinarios dedicados a la conservación de la fauna silvestre y además cuenta con un equipo de voluntariado que los ayuda permanentemente.
"Los proyectos de AWARE están programados de la mejor manera posible para el resto de nuestros intereses veterinarios", aseguran.
Los expertos brindan tratamiento veterinario y rehabilitación para animales salvajes enfermos o heridos en forma gratuita, especialmente cuando estos animales han sufrido a manos del hombre.
Los tratamientos incluyen a los métodos preventivos para proteger a los animales salvajes con riesgo de enfermedad y rehabilitan a los animales salvajes amenazados por humanos, entre otros puntos.
Actualmente, AWARE participa en proyectos de monitoreo de rinocerontes; realiza campañas comunitarias de esterilización de animales pequeños y atención médica.
Además, entrena a los guardaparques en zonas de protección intensiva de parques nacionales (Pete Clemence) participa en las clínicas de bienestar y veterinarias para burros y casos de rehabilitación de vida silvestre en todo Zimbabwe.
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