Los generales en el poder en Sudán y los líderes de la contestación alcanzaron este viernes, luego de meses de tensiones, un acuerdo sobre la instancia que dirigirá el futuro periodo de transición, aceptando una alternancia en el poder entre militares y civiles.
El Consejo Militar, que se hizo con las riendas del país tras la destitución y arresto en abril del presidente Omar al Bashir, después de una sucesión de manifestaciones masivas, estaba sumido en una pulseada con el movimiento de contestación, que reclama la transferencia del poder a los civiles.
Gracias a la mediación de Etiopía y la Unión Africana (UA), ambos bandos lograron alcanzar finalmente un acuerdo sobre el principal punto de discordia: la dirección del "Consejo Soberano", la instancia que supervisará el período de transición.
El anuncio de este viernes llega en un contexto tenso, después de la dispersión el 3 de junio de una sentada de manifestantes ante el cuartel general del ejército en Jartum, que dejó decenas de muertos y provocó indignación internacional.
El Consejo Militar de Transición que dirige el país y la Alianza para la Libertad y el Cambio (ALC), punta de lanza de la contestación, "acordaron" mantener una dirección "alterna" de esta instancia de transición, anunció en conferencia de prensa el mediador de la Unión Africana, Mohamed El Hacen Lebatt.
"Las dos partes acordaron la instauración de un consejo soberano con una alternancia entre militares y civiles durante un periodo de tres años o un poco menos", precisó.
El mediador no especificó qué mecanismo se utilizará. Pero según un plan de transición establecido por los mediadores, el Consejo Soberano deberá estar presidido inicialmente por un militar, durante 18 meses, y después un civil tomará el relevo hasta el fin de la transición.
El Consejo estará compuesto por seis civiles, cinco de ellos procedentes de la ALC, y por cinco militares, anunció a la AFP un líder de la contestación, Ahmed Rabie.
Liberación de rebeldes
Las negociaciones se habían quedado estancadas en mayo precisamente debido a la cuestión de la dirección del Consejo Soberano, y no se reanudaron hasta la noche del miércoles.
El número dos del Consejo Militar, el general Mohamed Hamdan Daglo, alias "Hemeidti", saludó el acuerdo.
"Queremos tranquilizar a todas las fuerzas políticas […] y a todos aquellos que participaron en el cambio", aseguró tras la intervención del mediador. "Este será un acuerdo completo, no excluirá a nadie e incluirá todas las ambiciones del pueblo".
Las dos partes acordaron también que se lleve a cabo "una investigación minuciosa, transparente, nacional e independiente sobre todos los desafortunados incidentes violentos que sufrió el país en las últimas semanas", destacó Lebatt ante la prensa.
La contestación reclamaba una investigación independiente e internacional sobre la dispersión de la sentada, algo que los generales rechazaron, tras haber establecido su propio comité de investigación militar.
Asimismo, generales y líderes de la contestación aceptaron "retrasar" el establecimiento de un "consejo legislativo" que haga las veces de Parlamento de transición, hasta después de que se instalen el Consejo Soberano y un gobierno civil, según Lebatt.
Por otro lado, el jueves, unos 235 miembros de un grupo rebelde de Darfur (oeste), el "Ejército de Liberación de Sudán", una facción de la ALC fueron liberados de una prisión de Omdourman, una ciudad cercana a Jartum, constató un periodista de la AFP.
Fueron recibidos por sus familias, tras una "amnistía" pronunciada por el jefe del Consejo Militar, el general Abdel Fatah al Burhan.
Desobediencia civil
Hace unos días se produjeron manifestaciones masivas en el país y miles de personas marcharon el domingo por las calles para reclamar a los generales que cedan el poder.
Desde el 3 de junio, la represión ha dejado 136 muertos, un centenar de los cuales durante la dispersión de la sentada frente al cuartel general del ejército en Jartum, según un comité de médicos próximo a la protesta. Las autoridades han anunciado un balance de 71 muertos desde la misma fecha.
Los líderes de la protesta convocaron una gran manifestación el 13 de julio, a la que debería seguir una campaña de desobediencia civil.
Una movilización similar paralizó el país del 9 al 11 de junio.
Las protestas comenzaron en diciembre a raíz del aumento del precio del pan, que se triplicó, y rápidamente adquirieron un cariz político, cuando los manifestantes reclamaron que Omar Al Bashir, que llevaba gobernando casi tres décadas, abandonase el poder.
(Con información de AFP)