Alexander Shchetinin, hombre clave de Rusia en la región: "Nosotros no tenemos una intervención en Venezuela. Sí mantenemos contactos"

El director para América Latina de la Cancillería rusa recibió a Infobae en Moscú y habló sobre la espiral del conflicto venezolano. Se mostró optimista sobre el diálogo en Noruega, negó toda influencia, explicó por que no van a reconocer a Guaidó y marcó las diferencias de Rusia con Estados Unidos y el resto de los países que presionan para la salida de Maduro

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Shchetinin recibió a Infobae en
Shchetinin recibió a Infobae en su despacho del Ministerio de Relaciones Exteriores en Moscú

(Moscú, enviada especial) La crisis venezolana que desvela al continente tiene también preocupado al gobierno de Vladimir Putin y esa preocupación tiene múltiples aristas. Mientras Rusia vela por sus multimillonarias inversiones y se cierra en una defensa a ultranza del gobierno de Nicolás Maduro, también pretende marcar el pulso de la actuación internacional en relación con el conflicto, y lo hace en abierta oposición a los Estados Unidos, que sostiene públicamente -y con el apoyo de gran parte de los países de la región- que el tiempo de Nicolás Maduro se acabó y debe dejar el gobierno.

"Nosotros trabajamos a favor de una estabilidad estratégica en el mundo", dice Alexander Shchetinin, director para América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores que conduce desde hace 15 años Sergei Lavrov, quien al menos desde la crisis en Siria viene efectivamente trabajando esa idea  para muchos inverosímil y contradictoria de Putin como garante de la paz. Shchetinin habla a pasos de la célebre peatonal Arbat, sentado en su austera oficina ubicada en el ministerio que funciona en uno de los edificios moscovitas conocidos como "Las siete hermanas". Se trata del grupo de rascacielos con mezcla de estilos gótico y  barroco ruso con neoclásico -con detalles del arte realista soviético pero también con evidente influencia de los edificios neoyorquinos de la época- que Stalin mandó a construir en 1947, con motivo de la conmemoración del octavo centenario de la fundación de la ciudad.

Shchetinin conoce muy bien Latinoamérica ya que durante años estuvo destinado en México y luego en Argentina. Hoy, su puesto clave lo encuentra como la cara visible del gobierno de Putin en el pantano venezolano. A Shchetinin le gusta usar una palabra para describir las relaciones de su país con el resto del mundo: hay que desideologizar esas relaciones, dice, al tiempo que asegura que Rusia no le pone condiciones a ningún país para sentarse a negociar. Y usa otra categoría, "realismo". Para el diplomático, las conversaciones que se llevan adelante en Noruega entre el gobierno y la oposición venezolana son un buen comienzo para destrabar la fenomenal crisis que tiene al país paralizado e insiste en que las sanciones impuestas no solo no ayudan al desastre de la economía que ha sido objeto de desmanejos históricos sino que castigan a la población.

Té negro servido hasta el tope en vasos de vidrio, azúcar en terrones y masitas dulces acompañan la entrevista que Schhetinin le concedió en la capital rusa a Infobae días atrás. Aunque austera, su oficina exhibe libros por todos lados, la obligada foto del presidente Putin, un fax que seguramente habrá tenido tiempos mucho más activos y, en paredes y estantes, un festival de objetos típicos de diversos países, souvenires clásicos de los espacios destinados a la diplomacia. De entre todos se destaca una miniatura de Evo Morales vestido de azul, un muñeco de colección lanzado años atrás en Bolivia. Está sonriente y con el dedo levantado, un gesto clásico del presidente boliviano cuando da un discurso.

— Van a cumplirse pronto 20 años desde que el presidente Putin dirige los destinos del país. ¿Cómo podría evaluar usted como diplomático estos  años de Rusia en relación con el mundo?
— Ha sido un período importante para el país de consolidación interna y de mayor proyección en el mundo como un actor responsable, predecible, que actúa sobre una base desideologizada de nuestra política exterior, con el propósito de establecer vínculos con todos los países del mundo sin restricciones ajenas al interés del desarrollo de este tipo de relaciones. Nosotros trabajamos a favor de una estabilidad estratégica en el mundo. De ahí que pensamos que solamente a base de negociaciones realistas puede lograrse un mayor avance en la solución de los problemas apremiantes que está pasando el mundo sin presiones, sin sanciones y sin ningún tipo de establecimiento de nuevas reglas que sean ajenas a las normas internacionalmente reconocidas del Derecho.

— ¿Cómo evalúan su actual relación con los países de América Latina?
— Para Rusia las relaciones con América Latina siguen siendo una parte importante de nuestra política exterior, es una parte autónoma con valor propio. Cuando decimos que es con valor propio, entre otras cosas significa que no ponemos a nuestros socios latinoamericanos ante la elección de con quiénes pueden negociar. No se trata de que para esos países las relaciones con nosotros los obligue a optar por uno u otro país de referencia. Nosotros tenemos agenda propia, una agenda que ofrecemos a nuestros amigos latinoamericanos. Tenemos una tradición de nuestras relaciones de diálogo político a diferentes niveles, de consolidar la base jurídica. Tenemos una meta ambiciosa pero estamos avanzando con éxito hacia que América Latina y Rusia sean áreas de viajes libres de visas para sus ciudadanos. Toda América del Sur es una zona de viajes sin visa. Casi toda América Central, también y ahora trabajamos muy activamente con los países del Caribe.

— Algunos años atrás, extraoficialmente, ustedes deslizaban que en América Latina no se les daba el espacio que Rusia merecía tener. ¿Eso cambió?
— Siempre sentimos este gran afecto que une a Rusia con los países de la región. Tenemos una gran cercanía política, una afinidad de nuestro temperamento, tenemos economías complementarias y tenemos una gran atracción recíproca en lo que se refiere a la cultura de nuestras naciones. De ahí yo creo que hay una base muy importante que nos permitió y nos permite sobrevivir a varios vaivenes de la coyuntura internacional y regional, inclusive cuando tenemos divergencias en nuestras evaluaciones con respecto a uno u otro tema de la política, o de la situación en otro país. Para nosotros es una base para seguir adelante en lo que se refiere a la cooperación bilateral.

El diplomático ruso tiene una
El diplomático ruso tiene una larga relación con la región.

— ¿Cuando dice que no ponen a los países ante la opción de elegir socios, lo que está diciendo es que los países pueden negociar con Rusia aunque también negocien con Estados Unidos?
— Exacto, exacto. Este es nuestro enfoque, por eso, a decir verdad, no podemos aceptar ningún tipo de doctrina Monroe o algo por el estilo, que ponga limitaciones artificiales para los países de América Latina en lo que se refiere a su vinculación externa. Nosotros pensamos que es muy importante trabajar en regionalismo abierto, por eso la Comisión Económica Euroasiática también está trabajando muy activamente en América Latina para establecer vínculos a base de desideologizar las relaciones comerciales. Y, a propósito, el mayor progreso en ese sentido lo tiene con los países de la Alianza del Pacífico, con Chile, con Perú. Con la Alianza del Pacífico dentro de un par de semanas vamos a firmar un documento básico que puede promover el diálogo concreto y establecer temas de interés recíproco.
Para las relaciones económicas nosotros pensamos que hace falta promover esta vinculación, en primer término, en lo que se refiere a los vínculos tecnológicos y de inversiones recíprocas. Por supuesto que también tiene que haber intercambios culturales, de educación. El Mundial del año pasado fue un gran incentivo para un mayor acercamiento entre nuestros pueblos y los latinoamericanos ganaron las calles de Moscú y de otras ciudades.

Nicolás Maduro y el presidente
Nicolás Maduro y el presidente ruso, Vladimir Putin (REUTERS/Maxim Shemetov)

— ¿Cómo leen la situación en Venezuela? En particular, le pregunto si ven avances en el diálogo que está teniendo lugar en Noruega.
— Nosotros pensamos que la situación en el hermano país de Venezuela es bastante crítica. Yo creo que hace falta propiciar una mayor cooperación de fuerzas políticas del país para solucionar los temas que enfrenta Venezuela, en primer término en lo que se refiere a su situación económica. Esta cooperación, este mayor acercamiento entre las fuerzas políticas por grandes que sean las diferencias, tiene que basarse en el entendimiento de varias premisas. En primer término hace falta reconocer el imperativo de la Carta de la ONU de las normas de derecho internacional, entre ellas el respeto a la soberanía, el no uso de la fuerza o la amenaza de la fuerza, y la no injerencia en los asuntos internos. Segundo, hay que rechazar cualquier idea de que la solución del tema venezolano puede ser a través del uso de la fuerza y ni hablar de la fuerza militar. Es nuestra profunda convicción que solamente los venezolanos son quienes tienen que decidir a través del diálogo y la comunidad internacional tiene que apoyarlos en este esfuerzo prestando buenos servicios pero claro que sin ningún tipo de sanciones e influencias adversas. La conversación entre las partes venezolanas tiene una muy buena base que es la Constitución y las normas jurídicas del país. De ahí ellos pueden avanzar en la solución de los problemas que enfrenta el país. Sabemos que tanto el Gobierno como el equipo de Guaidó establecieron el diálogo: yo no sé, tal vez la palabra diálogo no les suena bien a algunos venezolanos, así que mejor decir que hicieron contactos con la mediación o con los buenos oficios del gobierno de Noruega. Es un proceso que requiere su paciencia, que requiere un trabajo muy sutil, muy cauteloso tanto por parte de las dos partes de la negociación como por parte de los mediadores. Les deseamos todos los éxitos y pensamos que la comunidad internacional tiene que tener una cierta paciencia estratégica para permitir que las partes en Venezuela, por grandes que sean las divergencias políticas, puedan encontrar una agenda común por el bien de su país y de su pueblo.

Michelle Bachelet, reunida con Juan
Michelle Bachelet, reunida con Juan Guaidó durante su reciente viaje a Venezuela

— ¿Hasta dónde llega el involucramiento y la participación de Rusia en el conflicto, más allá de los vínculos diplomáticos y comerciales? Hay países que denuncian que Rusia interviene activamente, que incluso ha enviado tropas.
Nosotros no tenemos ninguna intervención en Venezuela porque estamos convencidos, tal como le dije, de la importancia de que haya una solución venezolana a la crisis. Nosotros sí mantenemos contactos. Nosotros sí trabajamos en el seno de las Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad de la ONU para promover el respeto a la Carta de la ONU y el respeto a los principios del derecho internacional para que la actuación de tal o cual país no sea el obstáculo para la búsqueda de soluciones venezolanas. Yo creo que lo que hace falta hacer, y Rusia lo está haciendo, es establecer un marco propicio para las conversaciones y negociaciones entre las partes venezolanas.

— Usted señalaba recién que Rusia no le pone obstáculos a los países si quieren tener vínculos y negocios con otros países. ¿Cómo observa en este caso su país la actuación de Estados Unidos en el caso Venezuela?
— Nosotros estamos seguros de lo siguiente: primero, ninguna sanción contraria al derecho internacional puede ayudar a la solución del problema. Más aún, solamente puede agravar la situación económica y social de la población. Le voy a dar un ejemplo, hay un programa conjunto de Venezuela e Italia de tratamiento a los chicos con enfermedades oncológicas en una etapa avanzada que necesitan un trasplante de médula ósea. Es un programa que se realiza en Italia con el financiamiento de PDVSA, que se cortó debido a las sanciones. A principios de mayo el programa abarcaba a veintiséis niños, ahora quedaron vivos veintidós, cuatro ya fallecieron. Y es un tema que no necesita grandes definiciones políticas, es un tema que necesita financiamiento, que tiene canales de financiamiento, y se requiere una decisión política para hacerlo.

Shchetinin, durante la entrevista con
Shchetinin, durante la entrevista con Infobae

— ¿Esos chicos se atienden en Italia?
— En Italia, sí. No es un caso único, están las llamadas sanciones secundarias, como por ejemplo cuando los bancos se adhieren a las sanciones porque no quieren represalias por parte del gobierno de los Estados Unidos. Es obvio, es una realidad. Y segundo, cuando hablamos de la actuación norteamericana hace falta atenerse a las normas de derecho internacional, no a las reglas establecidas para casos específicos, hay que remitirse a las normas del derecho, así como a las normas de derecho nacional. Las Constituciones de todos los países del mundo, de los Estados Unidos, de Rusia, de Argentina, de Venezuela, de otros, establecen que la soberanía reside en el pueblo. De ahí que ningún pronunciamiento o decisión conjunta de uno o varios países extranjeros tiene legitimidad con respecto a la situación en un país dado. Por eso no podemos reconocer al señor Guaidó como presidente interino o cualquiera sea el título que le fue conferido por varios países del mundo por una sola razón: es contrario al derecho nacional de cualquier país, incluyendo Venezuela. Y yo siempre estoy aconsejando a todos que lean con suma atención lo que está escrito en la Carta Democrática Interamericana, que fue consensuada por todos los países de América Latina y América del Norte: nada de lo que se está aplicando en contra de Venezuela está dentro de la Carta. Y esto es un punto de referencia importante, hace falta respetar el derecho internacional, la Carta de la ONU y los compromisos asumidos por los Estados.

— Cómo evalúa Rusia en este momento la situación, ¿la ve peor que hace seis meses? ¿La ve con cierta expectativa por el diálogo de Noruega? Y, a propósito, ¿qué vínculo tiene Rusia con los diplomáticos noruegos que están trabajando en el diálogo?
— No podemos afirmarlo, bueno, toda la situación es una situación de diferentes tendencias. Yo creo que en el plano político la situación llegó a una mayor definición ahora. Se ve claramente en la población la creciente falta de apoyo al proyecto Guaidó y al de la oposición. Es necesario que cualquier fuerza política tenga una postura responsable con respecto a atender las necesidades del pueblo. Vemos que a raíz de todo lo que está pasando, a raíz de las sanciones que se aplican, la situación económica y social sigue empeorando drásticamente. Yo creo que eso es como una banderita roja para todas las fuerzas políticas de Venezuela, que deberían tal vez poner al lado sus divergencias políticas y pensar en el pueblo. Lo sabemos: sabemos que hay medidas muy concretas por parte del gobierno, sabemos que hay ciertas ideas elaboradas por el equipo económico de la oposición. Es necesario el diálogo, el entendimiento recíproco por parte de todas las fuerzas responsables de Venezuela para pensar en primer término en el pueblo y de ahí una gran responsabilidad cae en los hombros de la oposición venezolana. Es necesario pensar en qué medida la futura estabilización de la situación política interna lleva al bien del pueblo de Venezuela. El proceso de negociaciones que se empezó recientemente en Noruega nos da una pequeña luz de esperanza y creo que tenemos que apoyar este esfuerzo porque es un esfuerzo de diálogo directo entre las fuerzas políticas y el apoyo nuestro es sincero, profundo.

Nicolás Maduro y Juan Guaidó
Nicolás Maduro y Juan Guaidó (Reuters)

— ¿Qué opina de las denuncias de los organismos internacionales sobre la represión y las ejecuciones extrajudiciales del gobierno de Maduro y el trato a los prisioneros en las cárceles?
— Lo que se necesita ahora es trabajar para encontrar el consenso o por lo menos un acercamiento de posturas entre las diferentes fuerzas políticas del país. Claro que el intento de golpe de Estado que se emprendió el día 30 de abril pasado no fue un paso que iba en vías de una reconciliación nacional. Nosotros tenemos que ser gente realista, yo creo que la reciente visita a Caracas de la alta comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, la señora (Michelle) Bachelet, logró encontrar el balance de posturas de diferentes fuerzas políticas de Venezuela en lo que se refiere a la situación de derechos humanos. Es un compromiso o por lo menos un paso adelante para encontrar una base común más cercana a la postura de cada una de las fuerzas políticas en lo que se refiere al tema. Un gran acuerdo podría también incluir el tema de la asistencia humanitaria. Y sabemos que allá trabajan bien las diferentes instituciones de las Naciones Unidas, de la Cruz Roja, de los países interesados tales como Rusia, como China y otros. Aquí nosotros pensamos que las guías para dar apoyo, una asistencia humanitaria, consiste en la resolución pertinente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, los principios de imparcialidad, humanismo, enfoque desideologizado y, claro está todo esto a partir de una solicitud explícita por parte del gobierno de un país dado.

Rusia asegura que no interviene
Rusia asegura que no interviene en Venezuela

Elecciones y cambios de signo en los gobiernos de la región

— ¿Cómo evalúan el proceso electoral en Argentina?
— Argentina es un país amigo. Tenemos una larga tradición de relaciones entre Rusia y Argentina que no dependen del color del gobierno que está en el poder en uno u otro país. Tenemos una agenda bastante diversificada que se desarrolló y tuvo un empuje importante en las últimas décadas tanto con el gobierno de la señora Cristina Fernández de Kirchner como con el gobierno del presidente Mauricio Macri. Y de ahí tenemos una agenda para seguir adelante. Estoy seguro de que independientemente de quién va a ganar, el futuro de nuestras relaciones es bastante promisorio y vamos a hacer todo lo que depende de nosotros para seguir cooperando con Argentina tanto en la palestra internacional como en nuestros vínculos económicos, comerciales, de inversiones y en la esfera de cultura y educación.

Mauricio Macri (Bloomberg)
Mauricio Macri (Bloomberg)

— Brasil es un país integrante de los BRICS, como Rusia. Es una economía que venía por años en pleno crecimiento pero que se detuvo y atraviesa un cambio fenomenal en términos políticos. ¿Cómo observa Rusia este proceso?
— Para Rusia, Brasil es un socio estratégico. Es nuestro socio en el marco de los BRICS, en el marco del G20, claro está que en el marco de las Naciones Unidas. Es un país de importancia tanto para América Latina como en el contexto mucho más amplio. Con Brasil tenemos bien desarrollado el comercio bilateral, es nuestro socio principal en América Latina desde el punto de vista del volumen de nuestro comercio recíproco. Tenemos proyectos muy importantes en el campo cultural como por ejemplo la Escuela de Teatro Bolshoi en Joinville (Santa Catarina). Yo creo que a pesar de todos los vaivenes que está viviendo la política interna de Brasil, tenemos buenas bases para seguir adelante. Este año Brasil va a ser país sede de la Cumbre de BRICS y creo que será una oportunidad más para estrechar nuestra vinculación bilateral en todos los campos.

Andrés Manuel López Obrador (Foto:
Andrés Manuel López Obrador (Foto: Cuartoscuro)

— También en México hay un cambio de signo importante en relación al Gobierno: por primera vez un político de izquierda está en la Presidencia.
— Yo creo que es una muy buena oportunidad para reflexionar y trazar planes para consolidar los vínculos tradicionales de amistad, cooperación y una gran cercanía en el campo de la idiosincrasia nacional entre Rusia y México. Tenemos grandes avances alcanzados en los años anteriores pero creo que con el gobierno actual, con mayores definiciones en el campo de economía internacional que ahora está aportando el gobierno del presidente López Obrador, nosotros podemos consolidar este diálogo, diálogo político en base a los principios tradicionales de la política exterior de México así como en el mundo económico comercial donde tenemos varios proyectos de interés recíproco.