(Seúl, enviada especial) Por mucho tiempo, se multiplicaron imágenes repetidas: personas dejando ofrendas en templos, adultos haciendo silencio en ciudades enteras, adolescentes hiperconcentrados con algún libro entre las manos. Es que, la época de los exámenes -sobre todo aquellos que implican el ingreso a los estudios terciarios- es un momento clave para los estudiantes de Corea del Sur, un país que se destaca por su alto nivel académico. Para enfrentar esta situación, que en muchos casos conlleva angustia y altos niveles de estrés entre los más jóvenes, en los últimos años las autoridades del gigante asiático están intentando buscar una nueva perspectiva educativa que ayude a los alumnos a aliviar las consecuencias de un sistema exigente y de gran reputación mundial.
Según le reveló a Infobae Park Kun Ho, director de la Oficina de Políticas Educativas de Seúl, un organismo encargado de trazar las directivas curriculares para todas las escuelas del área metropolitana de la capital surcoreana, desde hace tres años comenzaron a implementar nuevas estrategias para reducir tensiones desde los primeros años en las aulas.
"Los estudiantes del área metropolitana de Seúl se estresan por su performance académica y los exámenes para las admisiones a la universidad. La tensión es muy grande, por lo que nos enfocamos en intentar reducirla en las escuelas, desde los primeros niveles de la educación", afirmó el funcionario en las instalaciones de la entidad que dirige.
Así, entre las primeras ideas que surgió una nueva perspectiva que subraya las palabras "felicidad" y "creatividad" como parte de las claves para reducir la presión. Desde la comunicación con los alumnos hasta el diseño de los edificios, desde hace tres años se está pensando desde tres pilares: "aulas repletas de preguntas", "escuelas llenas de amistad" y "educación que cultive para la vida".
"Introducir la idea de 'felicidad' y elegir ese enfoque dentro de la escuela fue una iniciativa que nació en el área metropolitana de Seúl. Aquí empezamos la campaña y luego se expandió por el país. Empezamos a ver cómo estos estudiantes consiguen obtener el conocimiento para la currícula básica y pensamos de qué manera aumentar su creatividad. Desde hace tres años empezamos, por ejemplo, una campaña que se llama 'Hacer un espacio'", apunta el funcionario y detalla que se hicieron cambios estructurales en los edificios, en los que desde los primeros años los niños circulan con mayor libertad por sus pasillos, llenos de colores y lugares para desarrollar su creatividad.
"Es importante adquirir conocimiento en la escuela y también lo es estar preparados para la universidad o el futuro laboral. Sin embargo, nosotros nos estamos enfocando en cómo los estudiantes van a disfrutar el momento de obtener un trabajo o entrar a una determinada universidad o institución terciaria. Por eso intentamos ofrecerles más flexibilidad y el gobierno modificó algunas cuestiones de la currícula nacional. Las campañas que se lanzaron para renovar los espacios como las aulas y los pasillos nos parecen importantes para mejorar el bienestar de los estudiantes y aumentar su creatividad", agrega Kun Ho.
Entre otras medidas, todas las instituciones educativas debieron sumar a la currícula horas dedicadas a la creatividad en sus distintas formas.
La educación, clave para el desarrollo
Para varios expertos, el sistema educativo surcoreano, que suele liderar los rankings mundiales por sus resultados de los exámenes internacionales PISA y que se destaca por la cantidad de horas que le dedican los alumnos al estudio, se trata de un modelo ejemplar y que está fuertemente vinculado al gran avance económico del país. En promedio, los estudiantes pasan cerca de 7 horas en las aulas y luego le dedican más tiempo al estudio en sus casas.
"Hay que enfatizar que el proceso de crecimiento de Corea no solamente tiene que ver con medidas económicas que se vienen tomando sino con que también se hizo foco en la educación. Muchos países nos consultan sobre las cuestiones económicas pero es importante entender que en la historia de Corea veníamos de un sistema feudal. Entonces solamente los nobles podrían acceder a la educación. Después de 1945, tras final de la colonización japonesa, las cifras de analfabetismo eran superiores al 60 por ciento", explica a Infobae el economista Lee Joon-ho en su oficina del Instituto de Investigaciones para Pequeñas y Medianas Empresas de Corea.
"Después, en los '50 y con la Guerra de Corea se llegó al 45%. En la actualidad la cifra es menor al 1%. Ocurrió que se elaboraron planes específicos para enseñarle al pueblo", apunta Joon-ho.
El titular de la oficina de Políticas Educativas de Seúl, que abarca a más de un cuarto de los estudiantes de todo el país, coincide: "Después de la Guerra de Corea, Seúl quedó destruída. Así que de alguna manera en este rubro en Seúl venimos de los escombros de la guerra. Para tener realmente un gran país, como ocurre en otros países avanzados, nuestro pueblo debía seguir a los países desarrollados. Y la clave fue nutrir a los estudiantes. En los 50 años posteriores a la guerra, los gobiernos intentaron seguir el ejemplo de los países desarrollados".
Según confirmó a Infobae Park Tae Wan, uno de los funcionarios clave del Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología, Corea del Sur le dedica casi el 6% de su presupuesto anual a la Educación.
Otro de los ejes para comprender el fenómeno de la prestigiosa educación surcoreana es el rol central que ocupan los docentes, que se forman en la universidad y tienen una gran reputación en la sociedad.
"Hay distintos tipos de formación y currícula en las universidades para aquellos que quieren especializarse en educación. Hay departamentos y carreras para quienes se quieren formar para trabajar en la primaria, en la secundaria, en el jardín, en todos los niveles. Así que, durante el tiempo que están en la universidad, los estudiantes aprenden la currícula básica. Y también ellos se preparan para aprender de didáctica y otro tipo de formación académica durante al menos cuatro años", afirma Park Kun Ho.
Por su parte, Lee Joon-ho reflexiona: "El conocimiento es una de las cosas más importantes que una sociedad puede tener. Y como en esta cultura está muy arraigado el confusionismo, ahí hay una clave también porque en sus principios está la idea de enseñarle a la gente. En la cultura coreana tenemos raíces muy fuertes vinculadas con brindar conocimiento a las personas".
"Entonces, cada familia trata de educar a sus hijos lo máximo posible. Así es como podemos también tener recursos humanos formados y educados, entre otros, para sectores como la innovación y la tecnología. Yo diría que esa es una de las cosas más importantes en las que se debería concentrar un país que quiere desarrollarse", concluye el economista.
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