El Vaticano pidió este viernes que el registro civil al que están obligados obispos y sacerdotes chinos sea más respetuoso con la doctrina católica y cesen "las presiones intimidatorias contra la comunidad católica no oficial como por desgracia está sucediendo".
El Vaticano publicó el documento con el título de "Orientación pastoral de la Santa Sede sobre el registro civil del clero en China" ante los requerimientos de las autoridades de Beijing que muchos sacerdotes no están aceptando ya que en ellos se les pide, entre otras cosas, obediencia a las leyes chinas y la declaración de la "independencia" de la Iglesia china.
El papa Francisco intenta sanar décadas de distanciamiento entre el Vaticano y las autoridades comunistas de china. Las tensiones han sido agravadas por la insistencia de Beijing de que tiene la última palabra para la designación de obispos.
En septiembre de 2018, China y la Santa Sede firmaron un acuerdo histórico después de 30 años de negociaciones en el que se acordaba la modalidad para el nombramiento de los obispos y lo que suponía finalmente el reconocimiento de una única Iglesia católica en el país donde los aproximadamente 12 millones de católicos están divididos entre quienes pertenecen a la iglesia oficial y una iglesia clandestina fiel al pontífice.
Ante estos registros el Vaticano apunta que "debe ser respetada la libertad de conciencia y, por lo tanto nadie puede ser obligado a dar un paso que no tiene la intención de realizar".
Las normas señalan que muchos sacerdotes católicos están "profundamente afectados" por la insistencia de China de que los obispos y sacerdotes se registren civilmente para poder llevar a cabo sus labores pastorales, y que algunos le pidieron a la Santa Sede indicar una estrategia "concreta" a su dilema.
El documento da las pautas al clero sobre cómo poder registrarse, pero también indica que "aquellos que no tengan ganas de registrarse en estas condiciones no deben ser sometidos a una presión indebida".
Las normas del Vaticano también reconocen que algunos religiosos leales al pontífice no querrán registrarse, a lo que dijo: "la Santa Sede no intenta forzar la conciencia de nadie". "Por otro lado, considera que la experiencia de estar bajo la clandestinidad no es un rasgo de la vida e historia de la iglesia que ha enseñado a sus sacerdotes y feligreses a sólo hacer uso de ella en caso de sufrimiento, con el deseo de mantener la integridad de su fe".
Explica que ante estos hechos, "la Santa Sede continúa dialogando con las autoridades chinas sobre el registro civil de obispos y sacerdotes para encontrar una fórmula que, en el acto de registro, respete no solo las leyes chinas sino también la doctrina católica".
Y piden "que no se pongan en marcha presiones intimidatorias contra las comunidades católicas 'no oficiales', como lamentablemente ya ha ocurrido".
En décadas pasadas, las autoridades chinas encarcelaron durante años a muchos obispos y sacerdotes en represalia por su lealtad inquebrantable al Vaticano.
Con información de EFE y AP