Cuando se habla de embarcaciones cargadas de droga que parten de puertos latinoamericanos, inmediatamente se piensa en Estados Unidos como destino. Por debajo, Europa también es un comprador habitual de los narcotraficantes de la región. Sin embargo, la ruta del Pacífico hacia Oceanía está siendo cada vez más utilizada, llegando a un mercado promisorio que paga altas cifras de dinero por cocaína y metanfetaminas.
Si bien la mayoría de los envíos tiene a Australia como destino final, el largo viaje hace que las remotas y casi desconocidas islas del Pacífico queden involucradas. "Dibuja una línea directa entre Bogotá y Canberra, y pasa directo por estas islas", destacó el profesor Andreas Schloenhardt, profesor de derecho penal de la Universidad de Queensland, en un extenso reportaje publicado por The Guardian sobre lo que llama una "nueva autopista de la droga" que mueve "miles de millones de dólares".
El portal británico destaca que en los últimos años se ha producido un notorio incremente del número de embarcaciones en las que se incautó más de una tonelada de cocaína, muchas de ellas con origen en Colombia y Ecuador.
En el camino, países como Fiji, Vanuatu, Papúa Nueva Guinea, Tonga o Nueva Caledonia sufren el uso de sus playas como un depósito en el tránsito que apunta a los consumidores australianos. Una notable cantidad de paquetes de cocaína, provenientes de barcos accidentados, ha aparecido en estas costas, haciendo evidente un problema que ya se sentía en la región. Tampoco fueron menores los descubrimientos que se hicieron de redes submarinas y bolsones hundidos en las cercanías a la orilla, donde se guardaba la droga acompañada de un localizador GPS.
Es que el uso de las playas no es gratis, y los narcotraficantes suelen hacer los pagos irregulares en mercancía. Así, las pequeñas islas no solo se convirtieron en un lugar de paso, sino también sufren incipientes epidemias de adicciones y aumento de violencia criminal. Además, el flujo turístico, también en aumento, también hace atractivo el destino para los narcos.
Tanto el mercado de Australia como el de Nueva Zelanda asoma como lucrativo para las bandas latinoamericanas, ya que el precio es mucho más alto que en otras regiones, en un momento en que la producción de cocaína ha alcanzado niveles históricamente altos.
The Guardian repasó seis grandes incautaciones en los últimos tres años en la región, con cargamentos por encima de una tonelada. Cada uno de estos envíos tenía un precio de mercado superior a los USD 200 millones. El panorama cambió en poco tiempo. En el 2004, la policía de Vanuatu destacó la "mayor incautación de drogas" en la historia de la nación. Una década después, la policía halló un cargamento seis veces mayor.
Ian Collingwood, residente en Fiji, explicó a The Guardian el oscuro panorama de la adicción, problema que sufre en la actualidad. "Hay una violencia terrible. Como en cualquier país, los narcos están en la cima de la pirámide y son peligrosos, muy peligrosos". Además, también lamentó que estos países no están debidamente preparados para enfrentar esta crisis, ya que no hay programas de tratamiento ni estadísticas oficiales. "Nadie se ha recuperado aquí", lamentó.
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