La osa recorrió con evidente cansancio las calles de la ciudad de Norisk, ubicada a gran distancia del Ártico ruso, el pasado 17 de junio (Video: Reuters)
El miércoles, una imagen impactó y entristeció al mundo: un oso polar famélico y exhausto se adentró en la ciudad rusa de Norilsk y recorrió sus calles hasta llegar a un vertedero, donde rebuscó en la basura para conseguir alimento.
Los habitantes de la localidad industrial llevaban 40 años sin ver este fenómeno, que se interpretó en un primer momento como una consecuencia devastadora del cambio climático.
Sin embargo, los expertos que atendieron y examinaron al oso polar tras su visita a Norilsk, creen que el ejemplar no abandonó su hábitat por voluntad propia, y que no hizo un viaje de cientos de kilómetros en busca de alimento.
En realidad piensan que fueron cazadores furtivos quienes capturaron al animal y lo mantuvieron en cautividad hasta que escapó.
Son varias observaciones las que llevan a pensar que podría tratarse de un animal en cautividad: es joven, dócil, y estaba demasiado limpio, dijeron los veterinarios.
Si la hembra de oso polar hubiera recorrido un trayecto de más de 800 kilómetros, como se creía al principio, habría estado mucho más sucia en el momento en que la sedaron. Además, el chequeo arrojó que el ejemplar de unos 400 kilos tiene como mucho dos años, una edad muy corta para haber realizado un viaje tan largo.
Pero si hay algo que sorprendió a los expertos fue el carácter dócil de la osa, que en ningún momento se mostró agresiva ante la presencia de decenas de humanos.
"La sedación resultó exitosa. Ella me dejó acercarme a una distancia de 25 metros", explicó un especialista del Zoo Royev Ruchei, en Krasnoyarsk, que viajó hasta Norilsk para dormir al mamífero.
"Lo más seguro para ella era inmobilizarla para que no sufriera más heridas o mayor estrés. Le disparé una inyección remota con un dardo que contenía medicina e inmediatamente cayó dormida. La movimos hasta una jaula para transportarla, la revisamos, y ahora esperaremos para partir", añadió el experto, que recalcó el carácter afable del animal.
Todas estas notas llevan a pensar que la osa fue apresada por cazadores furtivos cuando era un cachorro para venderla a un particular o comerciar con su piel, que puede llegar a alcanzar un valor en el mercado de USD 32.000.
El viernes 21 de junio el animal será trasladado al zoológico de Krasnoyarsk, donde pasará el resto de sus días. A la edad de dos, aún es un ejemplar muy joven, ya que los osos polares pueden llegar a vivir 18 años.
Aunque todo apunta a que esta osa era un ejemplar en cautiverio, su especie, considerada en peligro de extinción en Rusia, está sufriendo las devastadoras consecuencias del cambio climático.
En febrero de 2019, en las islas de Novata Zemlaya, las autoridades declararon el estado de emergencia por la invasión de osos polares que se adentraban en la ciudad en busca de alimento. Las dificultades para cazar en una superficie que se derrite por culpa del calentamiento global, han llevado a la especie a invadir zonas urbanas.
El ártico ruso no es el único punto del mundo en el que se evidencia el deshielo. A principios de semana, una fotografía tomada en Groenlandia se volvió viral y desató las máximas alertas. En ella aparecía un grupo de perros tirando de un trineo que avanzaba por una placa de hielo completamente derretida.