Existen pruebas suficientes para abrir una investigación sobre la responsabilidad de altos responsables de Arabia Saudita, incluyendo al príncipe heredero Mohamed Bin Salman, en el asesinato de Jamal Khashoggi, declaró este miércoles una relatora de derechos humanos de la ONU.
Tras haber investigado ella misma durante seis meses la muerte del periodista saudita, la relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Agnès Callamard, indicó en un informe que "existen elementos de prueba creíbles, justificando una investigación suplementaria sobre la responsabilidad individual de altos responsables sauditas, incluido el príncipe heredero".
Callamard publicó un reporte de 101 páginas sobre la muerte de Khashoggi en el consulado en Estambul, que concluía con decenas de recomendaciones. El texto pidió que organismos de la ONU o su secretario general, Antonio Guterres, "exijan" una pesquisa penal posterior.
También señaló la "extrema sensibilidad" de considerar la responsabilidad penal del príncipe heredero y de Saud al Qahtani, un destacado asesor de la corte saudita y que no ha sido procesado.
La experta señaló que "no hay motivo para no aplicar sanciones contra el príncipe heredero y sus activos personales", ya que en otros casos se han impuesto sanciones antes de determinar la culpabilidad.
Sin embargo, evitó centrar toda la atención en una sola persona. "La búsqueda de justicia y responsabilidades no depende únicamente de encontrar un 'arma homicida' o a la persona que la sostiene", afirmó.
El objetivo de su pesquisa, dijo Callamard, era identificar a las personas en posiciones de poder que podrían haber abusado o faltado a su labor en este caso.
En Arabia Saudita se celebra un juicio prácticamente en secreto a once personas por el suceso. Cinco de ellas podrían ser condenadas a muerte.
La experta mencionó las limitaciones de su pesquisa, que comenzó en enero. Su solicitud de viajar a Arabia Saudita no recibió respuesta. Recibió apenas 45 minutos de las grabaciones realizadas en el consulado en torno al momento del asesinato, mientras que los servicios turcos de inteligencia habían registrado que existían unas 7 horas de grabaciones.
(Con información de AP y AFP)
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