Un fotógrafo de nacionalidad escocesa que es experto en vida silvestre ha prometido no volver nunca más a India después de haber visto presuntamente el impactante abuso de elefantes durante un viaje a una reserva natural.
El veterano Norman Watson aseguró que estaba "horrorizado" de ver a los guías locales azotando a los animales con bambús de metro y medio de largo usados como bastones y dejándolos "gritando en agonía".
Además, señaló que había visto bebés elefantes demacrados y encadenados a árboles, además de que algunos estaban recluidos en cajas. Esto ocurrió, según su testimonio, durante unas vacaciones en que visitó el parque nacional de Bandhavgarh, uno de los más grandes y populares de India, conocido por los tigres que lo habitan.
Watson había ido al lugar a fotografiar a estos felinos en abril pasado, pero se encontró con otra realidad mucho más cruda. "Sentí mucha rabia y enojo, había unas cinco personas en el grupo y todas presenciamos lo que pasó. Ellos se sintieron igual que yo", dijo el fotógrafo de 47 años.
"Estábamos sorprendidos. Los gritos de los elefantes cuando eran azotados me hizo sentir escalofríos. Estaban muy angustiados, tanto que se podían escuchar hasta a unos 100 metros de distancia, no dejaban de gritar", añadió.
El hombre dijo además que se sintió obligado a compartir el abuso de elefantes que había visto y que no podía creer que estaba pasando en un lugar que se hizo popular precisamente por el cuidado de los animales.
El fotógrafo detalló que los guías, conocidos como mahouts, se congregaban para agredir a los elefantes, a veces hasta seis de ellos contra uno solo de los animales.
El profesional pidió que estos guías sean separados de sus trabajos y que se les prohíba el acceso al parque de Bandhavgarh, ya que no sólo se encargan de los elefantes. Watson contó que fueron esos guías que maltrataron elefantes los que hicieron posible sus fotografías de los tigres de la zona, lo cual consideró una ironía amarga.
"Los elefantes no deberían ser tomados de su vida silvestre o ser montados por personas, gracias a la protección que tienen en el continente asiático", dijo.
Durante uno de los peores incidentes de su visita, Watson presenció cómo uno de los elefantes más pequeños, en su desesperación y dolor, hizo sonar su trompa.
"Había dos jóvenes elefantes, como de cinco años, que estaban encadenados tan cerca el uno del otro que se chocaban repetidamente al tratar de huir de los golpes con el palo de bambú que usaban los mahouts", contó.
Watson, que ha trabajado a lo largo del mundo capturando imágenes de animales de todo tipo en su hábitat natural, dijo que India era un gran lugar más allá de los incidentes ocurridos en el parque de Bandhavgarh, a donde no volverá hasta que el abuso termine.
"La gente es muy amable, pero no volveré. Sólo ellos pueden cambiar y detener los abusos y la crueldad animal en estos lugares", concluyó.