El papa Francisco se puso un casco de seguridad el domingo para ingresar a una catedral dañada durante una visita al centro de Italia, donde dio aliento a personas que aún pasan apuros tres años después de ser golpeadas por terremotos devastadores.
El pontífice viajó al poblado de Camerino, el cual resultó tan dañado en 2016 que todavía no se permite el ingreso de la gente al centro, ya que continúan los trabajos para estabilizar las construcciones.
Antes de que ingresara a la catedral, al papa se le colocó un casco de bombero. Dentro del templo estuvo rodeado por auxiliares y clérigos, todos con seguridad para la cabeza.
Francisco colocó flores en una estatua de la Virgen María que resultó dañada en el terremoto. A la obra ahora le faltan la cabeza y los brazos.
El Papa además expresó su preocupación por el aumento de la tensión en el Golfo Pérsico e invitó a la comunidad internacional a favorecer el diálogo y la paz en la región.
"Sigo con preocupación el crecimiento de las tensiones el Golfo Pérsico e invito a todos a usar los instrumentos de la diplomacia par resolver los complejos problemas de los conflictos en Oriente Medio, y realizo un llamamiento a la comunidad internacional para que dedique esfuerzos para favorecer el dialogo y la paz", manifestó Francisco tras el rezo del Ángelus en la ciudad de Camerino, en el centro de Italia, donde hoy se trasladó para una visita.
El papa se refería al ataque sufrido el pasado día 13 de este mes por dos cargueros extranjeros en el mar de Omán, en la que se trataría de una segunda acción de similares características en la zona, después de que en mayo cuatro petroleros, dos de ellos saudíes, fueron blanco de un sabotaje.
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, acusó a Irán de estar detrás de lo sucedido, después de haber perpetrado ataques similares anteriormente, y llevó sus denuncias al Consejo de Seguridad de la ONU.
(Con información de AP y EFE)