El presidente francés Emmanuel Macron no dudó este miércoles en caracterizar la crisis mundial como un problema "casi existencial" de la civilización moderna, que afectaba a los sectores económicos, políticos, sociales y medioambientales de todo el mundo.
Al hablar en un evento por los cien años de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra, Macron dijo que estaba "íntimamente seguro" de que la crisis podría llevar a "la guerra y a la descomposición de las democracias." El ex banquero de Rothschild y Ministro de Economía de Francia insistió que las iniquidades económicas y sociales, intensificadas por los efectos de la tecnología y el cambio climático, podrían llevar a acabar con el mundo moderno.
Se enfocó sobre el funcionamiento actual de los sistemas capitalistas, diciendo que las desigualdades causadas por la globalización habían generado problemas "fundamentales" en el mundo. Además sentenció que si la responsabilidad social no volvía a convertirse en una prioridad de los países, el mundo podría estallar en guerra.
Macron pidió "protecciones sociales universales" y renovó su petición de un salario mínimo europeo, advirtiendo que las consecuencias de la intensificación de la desigualdad serían graves.
La creciente desigualdad está alimentando el "autoritarismo", dijo. Los votantes "dicen que la democracia no nos protege de la desigualdad causada por el capitalismo enloquecido, así que cerremos nuestras fronteras, construyamos muros y salgamos del multilateralismo", dijo en una aparente crítica al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Advirtiendo que los principios de paz y justicia social sobre los cuales estaba fundada la Unión Europea estaban en peligro, Macron dijo que era necesario buscar una "economía social de mercado donde todos puedan encontrar y recibir su parte."
El mandatario francés defendió su posición de centro izquierda, como líder de los pro-europeos que sufrieron varias derrotas frente a los partidos nacionalistas de ultraderecha en las pasadas elecciones del parlamento europeo. Algunos analistas entendieron el discurso como una manera de responsabilizarse por la condiciones económicas en Francia que han causado protestas masivas de los chalecos amarillos. Percibido como un elitista que estaba fuera de contacto con la clase media, las protestas han causado serios problemas para Macron que ha visto su popularidad tocar fondo en los últimos meses.
"La responsabilidad de nuestra generación no es esperar a una nueva guerra, sino mirar al mundo tal como es" dijo Macron, haciendo referencia a las medidas propuestas por la misma OIT de justicia social y cambios económicos.
También apoyó una nueva convención de la OIT sobre el acoso y la violencia en el lugar de trabajo que mejoraría las protecciones para los trabajadores, especialmente para aquellos que son más vulnerables a la explotación sexual.
El discurso de Macron fue mucho más largo que el de otros mandatarios presentes en el aniversario de la OIT, el organismo multilateral más viejo del mundo. La canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro ruso Dimitri Medvedev también estuvieron presentes. Por su parte, Merkel dijo que "asegurar condiciones de trabajo decentes" era una prioridad mundial urgente.
(Con información de La Vanguardia y Reuters)
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