El gobierno de China publicó el domingo un libro blanco que define su posición en torno a las negociaciones que mantiene con Estados Unidos en materia económica y comercial, en medio de una escalada de tensiones tras el inicio de la llamada "guerra comercial" entre ambos países.
El documento fue redactado por la Oficina de Información del Concejo Estatal de la República Popular China y llega luego de que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump anunciara una nueva ronda de tarifas a bienes chinos tras el estancamiento del diálogo, ante lo cual Beijing reaccionó en forma recíproca.
"La reciente medida de parte de Estados Unidos con respecto al aumento de tarifas en exportaciones chinas no ayuda a solucionar los problemas comerciales bilaterales", indica el texto publicado por orden del presidente Xi Jinping.
"China ha sido consistente y clara en su posición de querer resolver estos problemas a través del diálogo en lugar de los aranceles. Sin embargo, China no cederá ante la presión y hará frente a cualquier desafío que se le presente. China está abierta a la negociación, pero también peleará hasta el final si es necesario", agrega.
Al respecto, Beijing hace al gobierno de Estados Unidos "único y entero responsable" por el estancamiento de las negociaciones, y rechaza las acusaciones de Washington sobre una presunta "marcha atrás" de China. Al contrario, el documento asegura que las propuestas de ajustes al texto realizadas por China son "práctica común" mientras el diálogo permanece abierto.
En el libro blanco se establece a la reforma y apertura como "soluciones fundamentales" a las tensiones comerciales y económicas entre las dos primeras economías del mundo.
Seguidamente se establece que China "tiene aún espacio para realizar maniobras de política fiscal y monetaria", sin especificar cuáles, y que puede mantener un desarrollo económico "saludable y sustentable".
"Las puertas de China no se cerrarán, sólo se abrirán aún más", señala el texto, haciendo luego referencia a la "Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda" que busca conectar a Europa con Asia a través de una mejor infraestructura vial y marítima.
Entre las medidas propuestas por China al respecto, se menciona la expansión de acceso a los mercados para inversiones extranjeras, el mejoramiento de la cooperación internacional para la protección de propiedad intelectual y el aumento las importaciones de bienes y servicios.
"Una China más abierta tendrá interacciones más positivas con el mundo, lo cual permitirá el desarrollo y prosperidad de China y el mundo", agrega.
Sobre el final, el texto oficial asegura que la "única opción correcta" para la relación entre China y Estados Unidos es la cooperación, y que el camino del "win-win" (ganar-ganar, o realizar acuerdos mutuamente beneficiosos) es el "único camino para un mejor futuro".
La llamada "guerra comercial" entre Estados Unidos y China comenzó en marzo de 2018, cuando Washington anunció una serie de aranceles sobre productos chinos valuados en unos 50.000 millones de dólares. Trump avanzaba de esta manera en sus críticas a la relación comercial con China, que es ampliamente deficitaria para los estadounidenses, pero lo hacía mientras ambos países mantenían un diálogo iniciado en febrero del mismo año.
No fue el único conflicto comercial iniciado por Estados Unidos, que también volcó su atención en Canadá, México y la Unión Europea (UE).
Ante cada aumento de aranceles, China respondió con tarifas recíprocas por el mismo valor, y el conflicto comenzó a escalar.
Durante la reunión del G-20 realizada en Buenos Aires, Argentina, China y Estados Unidos llegaron a una tregua de tres meses en el conflicto, y entonces las consultas cobraron mayor importancia.
Pero al terminar la tregua y sin perspectivas de llegar aún a un acuerdo, Washington volvió a aumentar las tarifas a bienes valuados en 200.000 millones dólares y acusó a Beijing de echarse atrás en las consultas, lo cual los chinos han negado.
A continuación, el libro blanco completo publicado por el gobierno chino
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