El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, formará parte de la reunión del misterioso Club Bildeberg, fuente de múltiples teorías conspirativas, que se reúne a partir de este miércoles a puerta cerrada en un hotel de Montreux (Suiza), a orillas del lago Lemán y desde el que se tiene una extraordinaria vista de los Alpes suizos y franceses.
El selecto club creado en 1954 ha invitado a 130 políticos, empresarios y periodistas a sus sesiones centradas en la relación entre Europa y Norteamérica y son tan secretas que los participantes tienen que jurar que no desvelarán lo que ocurre o se dice en ellas.
Funcionaros del gobierno estadounidense inciaron que Pompeo solo participará en una de las sesiones y es posible que no coincida con Jared Kushner, el yerno de Trump que también ha sido invitado, detallaron los funcionarios.
Los encuentros tendrán lugar en un hotel durante cuatro días.
La alemana Annegret Kramp-Karrenbauer, probable sucesora de la canciller Angela Merkel, el asesor de seguridad norteamericano Jim Baker, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, el ex funcionario estadounidense Henry Kissinger, así como varios ex altos responsables europeos, como los antiguos presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso y primer ministro italiano Matteo Renzi, también han confirmado su participación en esta cita anual.
Los pocos periodistas que asisten lo hacen a título estrictamente personal, sin derecho a informar sobre el desarrollo de las reuniones.
La edición 67 del Club Bilderberg tiene en su agenda de discusión la situación en Rusia y China, los dilemas éticos de la inteligencia artificial, el uso como arma de las redes sociales o el mantenimiento de "un orden estratégico estable".
Las reuniones, como es habitual en este club que algunos ven como un "poder en la sombra", estarán cerradas a la prensa "con el fin de crear el mayor nivel de apertura y diálogo" entre los asistentes.
El club, que toma su nombre del primer hotel holandés en el que se realizó, fue creado por el príncipe Bernardo de Holanda (1911-2004) con la idea de mejorar el diálogo entre Europa y Norteamérica, ante los recelos que en los años 50 estaba creando en algunos círculos europeos la aplicación del Plan Marshall.
En todas las reuniones rige la Regla de Chatham House, que establece que los participantes son libres de usar la información recibida, pero que ni la identidad ni la afiliación de los oradores ni de ningún otro participante pueden revelarse.
(Con información de EFE)
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