Más de 500 migrantes y refugiados murieron en el Mediterráneo desde el comienzo del año mientras intentaban llegar a Europa, comunicó el viernes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Los decesos registrados en las principales rutas del Mediterráneo en los primeros 142 días de 2019 ascendieron a 512, en baja respecto de los 638 muertos confirmados en el mismo período de 2019, pero equivalentes a más de la mitad de los casi 1.000 decesos de migrantes que pudieron registrarse en 2019 a nivel mundial.
Desde el comienzo del año 19.830 migrantes entraron en Europa por vía marítima, un 30% menos que los 28.325 del mismo período del año pasado.
Los arribos a España (7.666) y Grecia (9.430) representan el 86% de todas las llegadas vía maítima a Europa. Al 22 de mayo se habían registrado 1.361 llegadas en Italia, 393 en Malta y 980 en Chipre.
La mayoría de los migrantes era proveniente de países de África, Asia y Medio Oriente, de donde huyeron agobiados por el hambre y los conflictos bélicos.
La vía entre Libia e Italia/Malta resulta la más mortífera, seguida por la ruta occidental, norte de África-España, y el Mediterráneo oriental, Grecia-Chipre.
Según la representante de la OIM en Atenas, Christine Nikolaidou, la Guardia Costera Helénica reportó al menos 15 incidentes la semana pasada, que requirieron operaciones de búsqueda y rescate en las islas de Chios, Lesbos, Samos, Farmakonisi y Sifnos.
Las naciones mediterráneas critican a la UE por su lentitud para la reubicación de migrantes, así como la ineficiencia de sus mecanismos para distribuirlos de forma equilibrada en el resto de los Estados miembros.
Muchos países del centro y norte de la región, como Hungría y Polonia, se niegan a aceptar a los migrantes, lo que ha llevado la situación a un punto muerto, según consideran analistas.
A nivel mundial los decesos registrados por la OIM este año son 999, aunque debido a dificultades de registro el número de víctimas es probablemente mucho mayor.
Con información de ANSA
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