La metalúrgica British Steel, segundo fabricante de acero en el Reino Unido, está a punto de colapsar, poniendo en peligro unos 25.000 empleos, a menos que el gobierno británico apruebe un préstamo de emergencia de 30 millones de libras (unos 38 millones de dólares), dijeron este martes dos fuentes cercanas al sector a la agencia Reuters.
La compañía pertenece a Greybull Capital, una importante empresa financiera, y tiene su sede en Scunthorpe, norte de Inglaterra, donde emplea a 5.000 trabajadores.
Hay otros 20.000 empleados por otras compañías que dependen casi exclusivamente de la cadena de suministros.
La metalúrgica, especializada en acero para vías ferroviarias y la construcción, ha señalado que la "incertidumbre por el Brexit", o la salida del Reino Unido de la Unión Europea pautada para octubre de este año tras muchos retrasos, ha generado "desafíos para todas las empresas, incluyendo British Steel".
Al respecto, la compañía, inicialmente una sede local de la metalúgrica multinacional india Tata Steel, ha reportado una fuerte caída en los pedidos desde el referéndum de 2016, en que el Brexit fue aprobado por un ajustado margen, ya que Europa era uno de los principales compradores del acero británico. También ha indicado que la debilidad de la libra esterlina y las tensiones por la guerra comercial entre Estados Unidos y China han afectado el negocio.
En 2016 la empresa ya había quedado al borde del colapso, llena de deudas y aparentemente incapaz de generar ganancias, y entonces fue comprada por Greybull Capital al costo simbólico de una libra esterlina (1,27 dólares) y rebautizada British Steel.
Ahora la situación parece repetirse, y le empresa solicitó primero un préstamo de emergencia al gobierno británico de 75 millones de libras para luego finalmente reducirlo a 30 millones. El resto deberá ser aportado por Greybull Capital, de acuerdo una de las fuentes.
Greybull Capital, de hecho, se especializa en comprar negocios en problemas para luego intentar revertir la situación o, si resulta imposible, liquidarlo. En 2014, por ejemplo, compró la aerolínea Monarch, al borde de la quiebra, por una suma simbólica e intentó una reestructuración para mantenerla activa. Pero finalmente la aerolínea quebró en 2017.
Si el gobierno británico no acepta dar el préstamo de emergencia antes del final del día British Steel entrará en "administración", un procedimiento similar al "chapter 11" estadounidense o el llamado "concurso preventivo", de acuerdo a la BBC.
Esto implica que la empresa es insolvente y no puede pagar sus deudas, y entonces un representante del estado británico asume la administración para intentar salvarla de la quiebra o bien liquidar sus bienes.
Pero lo cierto es que estos 30 milllones de libras no son el primer préstamo de emergencia en el que incurre British Steel. En abril la metalúrgica obtuvo 100 millones de libras del gobierno para saldar una deuda mantenida con la Unión Europea por sus emisiones de carbono.
Gill Furniss, parlamentaria laborista y ministra de Acero en el gabinete paralelo montado por la oposición a la primera ministra Theresa May, una práctica habitual en el Reino Unido, consideró que la industria acerera en el país "es esencial para nuestra base manufacturera y estratégicamente importante para la industria. El gobierno debe intervenir".
"Un proceso de administración podría ser devastador para los miles de trabajadores y sus familias que dependen de esta industrial vital en un parte del país que no ha recibido el apoyo y la inversión necesaria de parte del gobierno en las últimas décadas", agregó, de acuerdo a The Guardian.
Representantes del gobierno británico en 10 Downing Street no se han expresado aún sobre la situación actual o el pedido de un préstamo de emergencia.
Una larga historia del acero
El Reino Unido fue alguna vez, y especialmente en el siglo XIX tras la Revolución Industrial surgida poco antes, líder mundial en la fabricación industrial y en especial en la producción de acero, un metal logrado meidante la aleación del hierro y el carbono que ha sido central para la construcción y el desarrollo de medios terrestres, navales y aéreos. En su pico de 1875 las fundiciones en Inglaterra producían el 47% del acero del mundo.
Pero a partir del siglo XX la preeminencia británica comenzó a mermar a medida que otros europeos, especialmente Alemania, Italia y Francia, y luego Estados Unidos realizaron grandes avances en sus industrias, disparando la producción.
En las últimas décadas la India y especialmente China se han sumado con fuerza a los mercados globales, ofreciendo en muchas ocasiones un acero mucho más barato que en Europa incluso ha sido acusado de estar enmarcado en el "dumping", el proceso de vender un producto por debajo del precio de mercado e incluso del costo de fabricación para eliminar a la competencia.
De ser el fabricante número uno de acero del mundo en el siglo XIX, con un paisaje atestado de industrias de todo tipo, el Reino Unido ha pasado en 2019 a contar con sólo dos fundiciones. La más importante está en Port Talbot, en el sur de Gales, y pertenece a Tata Steel. Y la otra es la ubicada en Scunthorpe, condado de Lincolnshire, y operado por British Steel.
Tan importante es el acero en la cultura británica que el lento colapso de la industria quedó inmortalizado en la película de 1997 "The Full Monty" (Todo o nada), cuya trama gira alrededor de un grupo de obreros metalúrgicos que han quedado desempleados tras el cierre de una fundición en Sheffield y deciden convertirse en "strippers".
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