El gobierno del presidente Donald Trump presentará la primera fase de su esperado plan para la paz en Medio Oriente durante una conferencia en la región el próximo mes, la cual pretende resaltar los beneficios económicos que podrían obtenerse en caso de que se resuelva el conflicto entre Israel y los palestinos, informó el domingo la Casa Blanca.
El plan, elaborado a lo largo de dos años, vislumbra inversiones en gran escala y obras de infraestructura en territorios palestinos. Pero aún se desconoce gran parte de los elementos políticos centrales. Y la conferencia económica, a realizarse el 25 y 26 de junio en Bahréin, no atenderá las partes más controversiales del conflicto: las fronteras, el estatus de Jerusalén, los refugiados palestinos y la seguridad de Israel.
En un comunicado conjunto con Bahréin, la Casa Blanca indicó que la conferencia les dará a los gobiernos, así como a líderes civiles y empresariales, la oportunidad de recabar apoyo a las iniciativas económicas que podrían ser posibles con un acuerdo de paz.
Estados Unidos quiere garantizar la seguridad de Israel y las oportunidades económicas para mejorar la vida de los palestinos. El gobierno espera que las naciones árabes ayuden a financiar incentivos económicos, tales como proyectos industriales y de infraestructura, para persuadir a los palestinos a que apoyen el plan. Pero como aún no se revelan detalles de los aspectos políticos de éste, será difícil garantizar cualquier compromiso para el desarrollo económico.
"El pueblo palestino, junto con todos los pueblos de Medio Oriente, merece un futuro con dignidad y la oportunidad de mejorar sus vidas", dijo el asesor y yerno de Trump, Jared Kushner, en un comunicado el domingo. "El progreso económico sólo puede conseguirse con una sólida visión económica y si se resuelven los problemas políticos centrales".
Kushner y Jason Greenblatt, enviado para negociaciones internacionales, han estado encabezando las labores de redactar el plan, pero hasta el momento los palestinos no han participado. La Autoridad Palestina, que se quejó de que la Casa Blanca está a favor de Israel, rompió relaciones con el gobierno de Trump después de que se tomaran varias acciones en su contra.
Trump ordenó el cierre de la misión diplomática palestina en Washington, con el argumento de que los palestinos se negaban a entablar negociaciones de paz con Israel. Estados Unidos dejó de otorgar financiamiento a una agencia de las Naciones Unidas que ayuda a refugiados palestinos, recortando cientos de millones de dólares en ayuda para proyectos en Cisjordania y Gaza, y redujo fondos para hospitales en Jerusalén que atienden a palestinos.
Además, Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel y ordenó el traslado de la embajada estadounidense a esa ciudad desde Tel Aviv.
(Con información de AP)