El gobierno de Sri Lanka anunció este lunes un toque de queda de seis horas de duración a nivel nacional luego de una serie de ataques masivos contra mezquitas, a su vez una represalia por los atentados terroristas contra iglesias cristianas que el 19 de abril dejaron un saldo de 258 muertos y 500 heridos.
Anteriormente se había decretado el toque de queda en tres distritos del país, Puttalam, Kurunegala y Gampaha, luego de que las turbas se concentraran en mezquitas y negocios controlados por musulmanes. La policía incluso disparó al aire para intentar desorganizar a las masas en el pueblo de Chilaw, de mayoría católica.
Pero la medida se llevó a todo el país y sus 21 millones de habitantes cuando los disturbios alcanzaron a la capital, Colombo.
En total, el toque de queda durará hasta las 6:00 am (hora local) del martes en los tres distritos mencionados, y hasta las 4:00 am (hora local) en el resto del país.
Hasta el momento no se han reportado víctimas ni heridos, aunque sí han sido incendiados numerosos negocios y mezquitas, y la policía ha tenido que utilizar gases lacrimógenos para dispersar a las persona.
Por otro lado se reportó también que el gobierno de Sri Lanka bloqueó temporalmente las aplicaciones de mensajería y medios sociales para evitar la difusión de "desinformación", la tercera vez que toma esta medida desde los ataques de abril, ocurridos durante el Domingo de Pascua.
Las autoridades intervinieron después de que un cruce de acusaciones entre dos personas en Facebook terminara con una turba atacando el domingo un comercio propiedad de un musulmán, según el Departamento de Información.
Bloqueos anteriores a medios sociales y mensajería se levantaron después de varios días, aunque lo cierto es que persiste el estado de emergencia en todo el país desde el 19 de abril.
Un grupo de musulmanes ceilandeses vinculado al grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) fue el responsable de los ataques suicidas del 21 de abril contra tres iglesias cristianas y tres hoteles de lujo.
Desde entonces ha aumentado la tensión entre comunidades religiosas en el país, de mayoría budista pero con importantes minorías cristianas, hindúes y musulmanas.
El primer ministro Ranil Wickremesinghe pidió este lunes al público que no crea en rumores ni se adhiera a los disturbios, ya que estos desvían la atención de los servicios de seguridad, que se encuentran aún investigando los ataques terroristas de abril.
"La policías está trabajando sin descanso para atrapar a los terroristas y mantener al país seguro, pero cada vez que hay disturbios, aumentamos el peso sobre ellos y dificultamos las investigaciones", dijo en Twitter, red social que no ha sido afectada por el bloqueo.
Con información de AFP y AP
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