(Video: Daily Mail/ AP)
El nuevo emperador de Japón, Naruhito, usó una túnica y un tocado tradicionales y antiguos para realizar un ritual milenario de oraciones, una semana después de ascender al trono.
El ritual sintoísta, mayor religión junto al Budismo en la isla asiática, se realizó en el palacio del Emperador, donde informó a través de sus oraciones a los dioses de la familia imperial los planes para las principales ceremonias de sucesión.
Naruhito ascendió formalmente el 1 de mayo al Trono del Crisantemo, y abrió así una nueva era imperial en una solemne ceremonia realizada un día después de la abdicación de su padre, la primera en dos siglos.
A pesar de que oficialmente era emperador desde el primer minuto de aquel día, el proceso se formalizó al heredar los objetos sagrados que confieren legitimidad al monarca japonés.
En la ceremonia de oraciones, el emperador vistió una túnica de color naranja oscuro y un tocado clásico japonés, con el que oró en el santuario de Kashikodokoro, acompañado de funcionarios que llevaban los objetos imperiales, como la espada sagrada y las joyas heredadas de su padre.
Posteriormente, el emperador de 59 años oró en otros dos santuarios importantes usando una túnica basada en un diseño del Siglo IX llamada "Korozen no goho".
El día de su abdicación, el ahora retirado Akihito vistió la misma prenda en un ritual donde informó de sus intenciones de abdicar ante la diosa del sol, Amaterasu.
Entre los tesoros que Akihito legó a Naruhito están incluidos un espejo, la espada antes mencionada y una gema, que según la tradición provienen directamente de la diosa Amaterasu, que los legó a su bisnieto, Jimmu, primer emperador de Japón.
La ceremonia de entronización, en la que los sacerdotes presentan los objetos mencionados al nuevo emperador para que asuma el mando, se remonta al año 690, y siempre se lleva a cabo en privado: no existen fotografías de los tesoros, solo relatos especulativos a través de las épocas.
Una ceremonia principal de ascensión está planeada para octubre próximo, cuando miles de invitados de Japón y del extranjero asistan al evento, y posteriormente se realizará un rito de cosecha en noviembre.
El rito es financiado por el gobierno, por lo cual ha sido criticado por los expertos como una posible violación constitucional a la separación del estado y la religión.
Akihito, el padre del actual emperador, fue el primer monarca en ocupar el trono tras la Segunda Guerra Mundial, con una nueva constitución donde el emperador era apenas un símbolo del pueblo, sin ningún poder político.