Las abuelas austríacas que protestan contra la extrema derecha

Los opositores del gobierno nacionalista de Sebastian Kurz encuentran una nueva voz en Austria

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Marcha de las Abuelas contra la derecha en Viena, Austria.
Marcha de las Abuelas contra la derecha en Viena, Austria.

Se reúnen en las protestas antigubernamentales todos los jueves por la noche en la capital austriaca: un grupo de mujeres mayores con sombreros de colores tejidos a mano. Son inconfundibles entre las multitudes de estudiantes y jóvenes austriacos que se movilizan cada semana en contra del gobierno. Tienen una causa en común: frenar el impulso de los partidos xenófobos en el mundo.

Las "Abuelas contra la derecha", como rezan sus pancartas en las manifestaciones, nació como un grupo de Facebook en noviembre de 2017 contra el giro a la derecha del gobierno nacionalista de Sebastian Kurz, quien en diciembre del mismo año anunció un acuerdo de coalición con la formación de extrema derecha Partido de la Libertad de Austria.

Los reclamos de las abuelas son varios: protestan contra la discriminación a las mujeres, que no reciben ninguna compensación a sus pensiones por el tiempo que se toman para criar a sus hijos; contra la desigualdad entre los refugiados y las minorías; y contra una falta de empatía en el discurso político en general. "Estamos enojados con sus políticas", dijo la fundadora del grupo Monika Salzer, de 71 años y abuela de tres hijos. "Quieren destruir todo lo que hemos construido en los últimos 50 años", agregó.

Monika Salzer, fundadora de 71 años del movimiento político “Abuelas contra la Derecha”
Monika Salzer, fundadora de 71 años del movimiento político “Abuelas contra la Derecha”

El año pasado, Salzer registró a las Abuelas contra la derecha como organización oficial en Austria. Hoy cuenta con más de 300 miembros y una segunda sucursal en Alemania, donde el partido nacionalista Alternativa para Alemania ingresó al Bundestag por primera vez en su historia en 2017. Tienen miles de seguidores en las redes sociales.

El grueso de sus miembros son mujeres de avanzada edad que vieron a sus madres sufrir las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y ayudaron a crear la democracia en Austria. "Nací en 1943. Recuerdo las ruinas de casas y calles destruidas", dijo Cordula Grafahrend, una manifestante. "Para nosotros, es fácil ver lo que hemos ganado en seguridad, paz y libertad. Nuestros hijos no saben lo que es vivir con su vida en peligro. Es nuestra responsabilidad decírselo a ellos y a nuestros nietos".

A pesar de su nombre, el grupo da la bienvenida a cualquier persona, independientemente de su sexo y edad, que se opone a la discriminación y a la ideología de extrema derecha. "No queremos un escaño en el Parlamento, no queremos ser cancilleres", dijo Susanne Scholl, de 69 años, que espera su primer nieto este año. "Queremos que los principios sociales y democráticos de nuestro país en el que fuimos criados existan para nuestros hijos y nietos".

Varias personas saludan a las Abuelas contra la derecha desde sus ventanas, durante la manifestación contra el Gobierno, en Viena, el 24 de enero
Varias personas saludan a las Abuelas contra la derecha desde sus ventanas, durante la manifestación contra el Gobierno, en Viena, el 24 de enero

Que las protestas en contra del gobierno hayan encontrado una voz en las mujeres de tercera edad refleja el auge del populismo en nuestros tiempos. La última vez que ambos partidos formaron un gobierno, en el año 2000, la alianza generó indignación en toda Europa y decenas de miles de austriacos salieron a las calles a protestar. En comparación, las reacciones luego de la investidura de Kurz en diciembre de 2017 fueron más tenues.

Heinz-Christian Strache, líder del Partido de la Libertad y vicecanciller de Austria, mencionó al grupo inadvertidamente en un mitin político este año en la ciudad de Ried. "El jueves volveremos a ver estas llamadas 'manifestaciones del jueves', junto con las abuelas, las abuelas contra la derecha", dijo a la multitud. "Pueden marchar alrededor del ring todo el tiempo que quieran, hasta que estén tan mareadas -más mareadas de lo que ya están- que se caigan".

Las abuelas estaban encantadas. "Todos están hablando de nosotros", dijo Salzer.

"Incluso el vicecanciller", agregó.

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