La incertidumbre electoral e indecisión que reinó en España en los últimos días no se reflejó en las urnas este domingo. La participación en las elecciones generales de este domingo fue la más alta desde 1993 y Cataluña, una de las regiones claves de estos comicios, marcada por el conflicto secesionista, superó en 17 puntos porcentuales a la de los comicios generales anteriores. Pero no fue casualidad.
La campaña entera se configuró alrededor de la independencia de Cataluña. Ni el lento crecimiento de la economía, ni el alto desempleo (14,7%, según los últimos datos) o las políticas internacionales fueron los principales temas de agenda entre los candidatos de los distintos partidos, ni de los medios. Todos querían saber qué iba a hacer cada uno con Cataluña si eran elegidos para gobernar.
Los mismos catalanes lo saben y asumen que estas elecciones son muy importantes para el futuro de su región. Por más que ningún candidato se inclinó por un posible referéndum, hay panoramas más negativos que otros.
Si se imponían las derechas, llamada por muchos catalanes como "La tríada del mal", conformada por el Partido Popular, Ciudadanos y Vox, la posibilidad de luchar por su autonomía hubiese sido nula y, aún peor, hubiese sufrido más consecuencias.
Tanto Albert Rivera, como Pablo Casado y Santiago Abascal anunciaron que de ser elegidos como jefes de gobierno, volverían a aplicar el artículo 155 de la Constitución- que da poder al Estado para retirar las competencias a una comunidad que no respete la ley- y anularían por completo la autonomía de Cataluña.
Abascal, líder del partido de ultraderecha Vox, prometió durante la campaña que, de ser elegido presidente, impulsaría la intervención de la Generalitat, la detención del actual presidente, Quim Torra, la entrega del ex presidente Carles Puigdemont a la justicia española, además de cerrar TV3 (cadena de televisión catalana) y promover la disolución de los Mossos d'Esquadra (la policía local), y la integración de los leales en la Policía Nacional.
Nadie quiere volver a vivir lo sucedido en octubre de 2017, cuando el Gobierno catalán trató de celebrar una consulta popular independentista y todo terminó en una lucha violenta entre las fuerzas de seguridad del Estado nacional y los manifestantes, que intentaban abrir los colegios para emitir su voto. En esa ocasión, muchos Mossos d'Esquadra actuaron de manera pasiva a la hora de desalojar y eso generó gran polémica a nivel nacional.
De la vereda de enfrente, ni el PSOE ni Podemos se mostraron a favor de la salida de Cataluña de España, aunque los independentistas ven con mejores ojos su victoria. Ante las insistentes preguntas de Casado y Rivera sobre este tema en los debates televisivos, Pedro Sánchez reafirmó que "nunca" se producirá la independencia de Cataluña ni el "quebrantamiento" de la Constitución española.
El "preferido" por los separatistas es Pablo Iglesias, quien a pesar de que Podemos defiende la unidad de España, sostuvo que está abierto al diálogo para buscar otra solución al conflicto. "Nosotros siempre vamos a defender que Cataluña siga dentro de España quizás con un encaje constitucional diferente. La solución más democrática es un referendo pero también sabemos que tiene que contar con el consenso de muchos actores políticos", sostuvo en declaraciones a medios locales.
Los catalanes independentistas saben que ningún candidato a gobernar España va a apostar por un diálogo separatista pero no por eso no le dan importancia a estas elecciones. Su gran participación en las urnas se debe a la búsqueda de conseguir la máxima cantidad de escaños para que tengan más voz en el Congreso de Diputados para ayudar a decidir ciertas políticas que favorezcan a la lucha por la autonomía.
La Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) confirmó su favoritismo al obtener 15 escaños. Así, el partido que encabeza Oriol Junqueras se convirtió en la primera fuerza independentista que logra la victoria en unas generales en el periodo democrático.
El otro ganador de la jornada fue el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) que sumó 100 mil votos más que en 2016 y obtendría 12 escaños con más del 23% de los votos. La gran elección de la lista que encabeza Meritxell Batet repercutió directamente en el resultado obtenido por "En Comú Podem", que quedó lejos de su victoria en las últimas elecciones perdería 5 escaños y sumaría tan solo 7, al igual que Juntos por Cataluña.
En la lucha por el electorado de la derecha, Ciudadanos superó al Partido Popular, que sintió el descalabro electoral que ha sufrido el partido a nivel general, y mantiene los cinco escaños que logró hace tres años. Por su parte, los populares perdieron cinco escaños y solo tendrán un representante, que será la hispano-argentina Cayetana Álvarez de Toledo.
A pesar de conseguir un solo escaño, Vox logró el objetivo de superar los 100 mil votos y su jefe de filas en Cataluña, Ignacio Garriga, se llevaría un escaño por la demarcación de Barcelona.
Incidentes en dos colegios
Hoy por la tarde se vivieron dos momentos de tensión en Cataluña, cuando diversos ciudadanos se expresaron a favor de la independencia con protestas frente a candidatas que se han posicionado en contra de la separación de la región del país.
La marquesa hispano-argentina y candidata por Barcelona del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, fue interceptada cuando estaba llegando al colegio electoral de Montcada i Reixac, en donde algunos ciudadanos la increparon. "Te sientes bienvenida pero no lo eres" y "Fuera fascista", fueron algunas de las palabras que le dijeron quienes la esperaban en dicho punto electoral.
Matoncitos… y guardias invisibles pic.twitter.com/YpfbOeWAqt
— Benito Arruñada (@BenitoArrunada) April 28, 2019
Más tarde la que sufrió el rechazo de ciudadanos independentistas fue Inés Arrimadas, cabeza de lista del Partido Ciudadanos por Barcelona. El caballito de batalla de Casado para estas elecciones votó en el barrio de Les Corts y cuando quiso saludar a las tres mujeres que conformaban la mesa electoral, una de ellas le negó el saludo.
"Esto es Cataluña, Cataluña está dividida, a mí me sabe muy mal que ni siquiera te den la mano, pero es un ejemplo de lo que tenemos que sufrir en Cataluña", dijo a los medios cuando salió de colegio Ausias March de la Ciudad Condal
Esto es lo que tenemos que aguantar los constitucionalistas en Cataluña: la Presidenta de la mesa electoral del colegio en el que he votado se niega a darme la mano por mis ideas. El nacionalismo tóxico rompe las sociedades. ¡Vayamos todos a votar hoy! https://t.co/69bbHNi3Yz
— Inés Arrimadas (@InesArrimadas) April 28, 2019
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