El color de piel de un niño hizo sospechar a sus padres sobre si en realidad eran los progenitores del menor. Esto ocurrió en Estados Unidos, cuando una pareja se sometió a una fecundación in vitro (FIV) con el Doctor Melvin Thornton.
De acuerdo a los padres, el menor no está relacionado genéticamente con ellos, por lo que iniciaron un proceso de demanda contra el médico.
Lo anterior lo intuyeron, luego de que el bebé nacido no tuviera la misma pigmentación que el padre, la madre genética y su primer hijo, quienes al parecer tienen una tez mucho más clara.
Según la Corte, ambos padres visitaron al Dr. Thornton en la clínica de fertilidad en la ciudad de Trumbull, Connecticut, en 2015, después de una larga lucha por concebir.
El proceso consistió en congelar embriones utilizando el esperma del marido y los óvulos de una donante. La esposa quedó embarazada y dio a luz en abril de 2016 a su primer hijo.
Contentos con los resultados, los padres regresaron cinco meses después con la esperanza de darle un hermanito a su hijo, y utilizaron los embriones almacenados anteriormente.
Sin embargo, cuando la esposa dio a luz al segundo hijo, el recién nacido no se parecía a su hermano mayor "en lo absoluto"; confesaron. Por tal motivo decidieron hacer una prueba de ADN. Efectivamente, los padres no tenían el mismo código genético que el menor.
Aunque la pareja inició un proceso legal contra el médico en noviembre del 2018, en Bridgeport, Connecticut, admitieron que su primogénito "es amado y está saludable en todos los aspectos, pero no es su bebé biológico".
"El matrimonio se pregunta diariamente quién es el verdadero padre del niño, incluso se han llegado a preguntar si la mujer tuvo una aventura amorosa".
Al parecer, la pareja procedió con la demanda ya que les preocupa que el verdadero donante de espermas se de cuenta de lo que sucedió y reclame la custodia del niño.
La confusa situación, ha puesto a los implicados en el hostigamiento y críticas de los extraños. "Todos los días les hacen preguntas sobre quién es el verdadero padre", explica la demanda.
Entre los temores del matrimonio también está la de que el esperma del padre se haya usado de manera errónea para impregnar a otras mujeres sin su consentimiento.
La demanda especifica: "Tienen motivos para creer que han perdido material genético (embriones) que les pertenece, sin saber si ha sido transferido a otra persona, destruido o congelado con un nombre correcto".