El número de muertos en la serie de atentados del Domingo de Resurrección contra iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka subió hoy a 359, informaron hoy fuentes oficiales que revelaron sus sospechas de que puedan cometerse "nuevos ataques" en la isla.
"Puede haber más ataques. Tenemos que estar atentos en este momento, tendremos la situación bajo control en los próximos días", dijo el viceministro de Defensa de Sri Lanka, Ruwan Wijewardene, en una rueda de prensa con periodistas extranjeros.
De acuerdo al portavoz, las informaciones apuntan a que los ataques del pasado domingo fueron cometidos por al menos nueve suicidas que se inmolaron con explosivos matando a centenares.
"Varios de ellos han estudiado en otros países, con grados universitarios y de posgrado que indicaban que esta era gente bien formada", dijo el viceministro que, aunque no precisó la nacionalidad de todos los implicados, adelantó que uno de ellos cursó estudios en el Reino Unido y Australia.
"Estamos buscando conexiones con todos los países vecinos", dijo.
El gobierno dijo que los ataques fueron perpetrados por fundamentalistas islámicos en una aparente represalia por la masacre en dos mezquitas en Nueva Zelanda el mes pasado, pero dijo que los suicidas eran esrilanqueses. El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, señaló que los investigadores siguen trabajando para determinar la magnitud de los vínculos de los autores con el extranjero.
Hasta el momento, 60 personas de origen sirilanqués han sido detenidas con relación a los atentados, precisó Wijewardene que declinó a responder a las preguntas sobre la supuesta detención de un sospechoso con pasaporte sirio.
Los investigadores continúa tratando de determinar quiénes son los responsables de los atentados, reivindicados ayer por el Estado Islámico, que fueron inicialmente atribuidos al grupo islamista local National Thowheeth Jama'ath (NTJ).
La agencia noticiosa del Estado Islámico, Aamaq, distribuyó una imagen que supuestamente mostraba al líder de los agresores, de pie entre otras siete personas con la cara cubierta. La milicia radical no proporcionó ninguna otra evidencia para sustentar su reclamo, y las identidades de las personas que aparecían en la imagen no pudieron verificarse de forma independiente.
De acuerdo a último balance, ofrecido hoy por el viceministro, el número de fallecidos pasó de 321 a 359 en las últimas 24 horas, 39 de ellos extranjeros, después de que varias de las más de 500 víctimas heridas murieran.
La cadena de ataques ocurridos el domingo en Sri Lanka comenzó con seis explosiones casi simultáneas en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.
Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo.
El presidente del país, Maithripala Sirisena, ha anunciado una reestructuración es las próximas horas de las agencias de inteligencia, Policía, y las Fuerzas Armadas, luego de que se confirmase que estas recibieron información sobre los ataques horas antes de que fueran cometidos, sin embargo no notificaron al gobierno.
Atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que dejó, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.
(Con información de EFE y AP)
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