Irán confirmó una brutal condena contra la abogada que defiende a las mujeres que se quitan el velo islámico

Se trata de Nasrin Sotude, sentenciada a 33 años de prisión y 148 latigazos por su labor de letrada y activista contra el uso obligatorio del hiyab. Estaba encerrada desde junio de 2018, luego de una serie de protestas contra el gobierno en que varias mujeres se quitaron la tradicional vestimenta

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Nasrin Sotude, abogada y activista iraní por los Derechos Humanos
Nasrin Sotude, abogada y activista iraní por los Derechos Humanos

Un tribunal iraní ratificó el lunes la condena a 33 años de prisión y 148 latigazos para la abogada y activista de Derechos Humanos Nasrin Sotude por defender el derecho a protestar contra el uso obligatorio del velo islámico, según indicó la agencia estatal IRNA.

Sotude fue condenada el 11 de marzo por un Tribunal Revolucionario, según reportó el periódico El Mundo, por los delitos de "reunión en colisión contra la seguridad nacional", "propaganda contra la autoridad", "participación efectiva en grupo ilegal y contrario a la seguridad", "incitación a la corrupción y a la prostitución" y "comparecencia pública sin velo".

Fue sentenciada a 33 años de prisión, de los que cumpliría un máximo de 12 años, y 148 latigazos, una de las formas de castigo físico que persisten en el sistema judicial iraní, basado en la sharia o ley islámica.

La abogada de 56 años tiene una larga historia de activismo y defensa de los Derechos Humanos en el país, habiendo representado al Premio Nobel de la Paz de 2003 Shirin Ebadi y a diferentes periodistas y políticos reformistas.

En enero de 2018 una joven se quitó el velo en plena manifestación y lo agitó en señal de protesta
En enero de 2018 una joven se quitó el velo en plena manifestación y lo agitó en señal de protesta

Pero ahora se la persigue especialmente por su trabajo reciente como abogada defensora de un grupo de mujeres que en enero de 2018 protestó contra el gobierno teocrático del ayatolá Ali Khamenei quitándose el velo.

Una de ellas, Shaparak Shayari Zade, fue condenada a 20 años por participar en la protesta pero logró escapar a Canadá, desde donde ha exigido sanciones contra el régimen, según recordó El Mundo.

Esto ha sido utilizado por el gobierno como prueba de que las manifestantes estarían operando en el interés e los "enemigos" de Irán.

Aunque la condena a Sotude es de marzo y acaba de ser ratificada, la activista se encuentra encerrada desde junio de 2018, aunque no es la primera vez que pasa tiempo en prisión. Ya había sido condenada en 2010 por cargos similares e indultada en 2013 con la llegada del presidente Hassan Rouhani, considerado un moderado, al poder.

Una cartel en Europa pidiendo por la liberación de Sotude (Reuters)
Una cartel en Europa pidiendo por la liberación de Sotude (Reuters)

En marzo, luego de conocerse la condena, la organización Amnistía Internacional solicitó que la abogada fuera puesta en libertad "de inmediato y sin condiciones y que se anulen sin demora sus condenas".

"Esta condena es la más severa de las registradas contra defensores y defensoras de los derechos humanos en Irán en los últimos años, lo que indica que las autoridades están intensificando la represión", indicó AI en un comunicado.

La organización también se refirió a los juicios "manifiestamente injustos" y destacó que Sotude "ha dedicado la vida a trabajar de manera pacífica por los derechos humanos, incluida la defensa de las mujeres que protestan pacíficamente contra la degradante legislación de Irán sobre el uso forzoso del hiyab o velo".

El presidente de Irán, Hassan Rouhani, junto al líder supremo del régimen, ayatollah Ali Khamenei (Reuters)
El presidente de Irán, Hassan Rouhani, junto al líder supremo del régimen, ayatollah Ali Khamenei (Reuters)

El régimen teocrático iraní obliga a todas las mujeres y niñas a llevar el cabello cubierto y los brazos y piernas tapados con ropa holgada.

En los últimos tiempos y en coincidencia con cierta apertura del gobierno de Rouhani que ahora parece estar revirtiéndose a medida que las tensiones entre Irán y Estados Unidos aumentan, y en especial en los distritos más cosmopolitas de Teherán, la capital, esta prohibición pareció relajarse un poco. Los pañuelos para la cabeza se hicieron más pequeños y transparentes, y la ropa comenzó a usarse más ceñida al cuerpo.

Pero la prohibición persiste y la llamada "policía moral", agentes del gobierno que controlan el cumplimiento de estas normas, aumenta o reduce su influencia de acuerdo la cantidad de protestas contra el gobierno.

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