Días después de que el ayatolá Ali Khamenei nombrara al nuevo jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés), este martes el portal local Iran Commentary informó que Ali Nasiri, un alto oficial persa del cuerpo militar, habría huido del país con información secreta sobre los planes militares del régimen de Teherán.
Según los primeros informes, el ex general de brigada de la Guardia Revolucionaria, que recientemente fue calificada por Estados Unidos como un grupo terrorista, solicitó asilo político en la embajada de Estados Unidos en un país del Golfo Pérsico.
El portal iraní indica que el pasado 11 de abril Nasiri tuvo una fuerte discusión con Hossein Taeb, jefe de inteligencia del cuerpo de guardianes del régimen. Tras lo sucedido, Nasiri habría abandonado abruptamente la reunión. Desde entonces, no regresó a su trabajo.
Una investigación iniciada por las unidades de contrainteligencia de la Guardia Revolucionaria llegó a la conclusión de que Nasiri huyó del país, según confiaron fuentes a Iran Commentary.
Esos informes de inteligencia aseguran, asimismo, que el militar iraní "tenía en su posesión un gran volumen de documentos que registraban los viajes de altos comandantes del IRGC, personal de inteligencia y unidades operativas a países extranjeros, todo ello bajo la cobertura de misiones diplomáticas".
Nasiri, quien también estuvo a cargo de la contrainteligencia de la Guardia Revolucionaria, en el último tiempo se desempeñaba como jefe de la Oficina de Protección del Cuerpo de Guardias, luego de ser designado en el cargo en 2017 por el ex comandante en jefe, Mohammad Ali Jafari.
El pasado viernes 19 de abril, la agencia de noticias Fars informó que, "por decreto del mayor general Jafari, el general de brigada Fathollah Jomayri fue nombrado jefe de la Oficina de Protección del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos". El anuncio causó sorpresa y, a la vez, confusión, ya que en el mismo no se hizo referencia a Nasiri ni se explicó el motivo de la decisión.
Días antes, el 13 de abril, la cadena de noticias Al Mayadeen, afiliada al grupo terrorista libanés Hezbollah, publicó un informe sobre este asunto en su sitio web, sin proporcionar detalles. Sin embargo, el reporte apenas duró media hora, ya que fue retirado.
Con el objetivo de contener los rumores, desde el régimen sostienen que el propio Ali Khamenei despidió a Nasiri.
"La huida de Nasiri de Irán ha tenido un impacto extremadamente negativo entre la jerarquía bajo su mando", sostiene Iran Commentary.
Esta información, de ser verificada y salir a la luz, podría ser un fuerte golpe para el régimen persa, que es acusado por Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional de seguir adelante con su desarrollo nuclear, pese al acuerdo alcanzado en 2015, del que Washington se retiró tras la llegada de Donald Trump al poder.
Fueron semanas agitadas para el régimen. El pasado 8 de abril la Casa Blanca declaró a la Guardia Revolucionaria como una organización terrorista. Tras dicho anuncio, Estados Unidos no renovará los permisos especiales a China y otros siete países (India, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Turquía, Italia y Grecia) para comprarle petróleo a Irán. "Esta decisión busca llevar a cero las exportaciones de petróleo de Irán, negan al régimen su principal fuente de financiamiento", explicó en un comunicado la Casa Blanca, que considera a Teherán como un estado patrocinador del terrorismo.
Esto, sumado a las sanciones impuestas por Estados Unidos luego de retirarse del acuerdo nuclear, representa un fuerte golpe para Teherán, que cada vez se encuentra más presionado por Washington.
En este contexto, el domingo pasado Ali Khamenei nombró al general de brigada Hossein Salami como el nuevo comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, en reemplazo de Jafari.
La amenaza de Salami contra EEUU, Israel y sus aliados
Este lunes, Salami lanzó una encendida amenaza: "Estamos planeando quebrar a Estados Unidos, Israel y sus aliados".
El flamante jefe de la Guardia Revolucionaria se ha destacado por sus amenazas a EEUU y a Israel y por su férrea defensa de los programas de misiles de Irán, asegurando que Teherán "nunca" frenará el desarrollo de sus capacidades militares.
La huida de Nasiri, de esta manera, podría ser una valiosa carta para el gobierno de Trump en su intento de cortar la influencia de Irán sobre el terrorismo internacional.
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