El ministerio de Defensa de Sri Lanka decretó este domingo un toque de queda de 12 horas a partir de las 18:00 locales (12:30 GMT), luego de la ola de atentados contra iglesias y hoteles que dejaron al menos 207 muertos y 450 heridos, sin que ningún grupo terrorista se haya aún adjudicado el ataque. Además, las autoridades han ordenado un veto "temporal" al uso de redes sociales.
"El gobierno ha decidido bloquear todas las plataformas de redes sociales para prevenir que información errónea e incorrecta se disemine. Esta medida es sólo temporal", indicó el secretario presidencial Udaya R. Seneviratne en un comunicado.
El toque de queda durará hasta las 06:00 locales del lunes (00:30 GMT). En total se registraron en este Domingo de Pascua ocho atentados contra tres iglesias católicas, cuatro hoteles y un objetivo aún no comunicado por las autoridades.
Sri Lanka tiene una población de 21 millones de habitantes, es un país mayoritariamente budista que cuenta con unos 1,2 millones de católicos.
Las autoridades sospechaban que al menos dos de estas explosiones fueron provocadas por atacantes suicidas.
La octava explosión tuvo lugar por la tarde un lugar no precisado de Orugodawatta, un tiempo después de las primeras siete, según indicó la policía de Colombo.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, fue uno de los primeros en expresar condolencias y manifestó su "horror y tristeza" tras los ataques.
Juncker indicó en Twitter que asistió con "horror y tristeza" a las informaciones sobre "las explosiones en Sri Lanka que costaron la vida a tanta gente" y afirmó que la Unión Europea estaba dispuesta a ayudar al país.
Por su parte el papa Francisco celebró este domingo la misa de Pascua en una jornada marcada por la violencia, y durante su discurso anual "Urbi et Orbi", centrado en los conflictos y otras dificultades en todo el mundo, dijo estar cerca de "todas las víctimas de una violencia tan cruel" en Sri Lanka.
Aunque Sri Lanka se encuentra desde hace casi diez años transitando un período de relativa tranquilidad, la magnitud de los ataques recordaba al período de guerra civil que se prolongó varias décadas y en la que los Tigres de Tamil y otros grupos rebeldes atacaron el Banco Central, un centro comercial, un templo budista y hoteles populares entre los turistas.
It was with horror and sadness that I heard of the bombings in #SriLanka costing the lives of so many people. I offer my heartfelt condolences to the families of the victims who had gathered to worship peacefully or come to visit this beautiful country. We stand ready to support.
— Jean-Claude Juncker (@JunckerEU) April 21, 2019
Las fuerzas de seguridad de Sri Lanka derrotaron en 2009 a los rebeldes Tigres de Tamil, que habían luchado para labrar un estado independiente para la minoría étnica tamil. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que unas 100.000 personas murieron en los 26 años de conflicto, aunque un comité de expertos dijo más tarde que solo en los últimos meses de violencia habían muerto unos 45.000 tamiles.
Durante esta cruenta guerra civil tanto los Tigres de Tamil como el mismo gobierno ceilandés fueron acusados de graves violaciones de Derechos Humanos.
Con información de AP y AFP
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