El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) dijo haber matado a 362 personas en 92 ataques en todo el mundo como parte de una "venganza" tras la pérdida de su último bastión en Siria y el colapso de su "califato", fundado en 2014.
De acuerdo con una serie de comunicados que comenzaron a ser difundidos en redes sociales a través de su agencia Amaq a partir del 9 de abril, el ISIS reportó atentados suicidas, asesinatos y explosiones ocurridas en 80 ciudades, desde Rusia a África.
Además, el grupo yihadista ha anunciado su paso a la clandestinidad y el comienzo de sus operaciones encubiertas, según reportó el periódico británico The Times, como habían adelantado numerosos analistas.
Esta nueva campaña de terrorismo más tradicional, lejos de las ambiciones de fundar un estado islámico sunita y salafista, ha sido llamada "Venganza por la sagrada provincia de Al Sham", en referencia al nombre para la Siria histórica, que comprendía al actual país, además de Jordania, el Líbano e Israel.
En total, el ISIS se atribuye 14 ataques en Irak, 10 en Siria, así como también tres en el Oeste de África y en Egipto, dos en Somalia, Afganistán y Libia, y uno en Rusia, entre el 8 y 10 de abril, de acuerdo con el portal especializado The Defense Post.
Al momento, es difícil corroborar si estas atribuciones son reales y responden a acciones coordinadas del grupo terrorista, o si, por el contrario, se trata de intentos de tomar crédito por situaciones independientes, como el ISIS suele hacer.
Por ejemplo, el grupo se acreditó la explosión ocurrida recientemente en Kolomna, en las afueras de Moscú, que dejó un saldo de un herido, y que las autoridades atribuyeron a un escape de gas.
Pero existen otras acciones que sí parecen obra de los terroristas dirigidos por Abu Bakr al Baghdadi, como una serie de recientes ataques contra fuerzas de seguridad en Libia y Egipto, y contra milicianos kurdos en Siria.
Las operaciones recientes en Libia han creado especial preocupación en la comunidad internacional, ya que el país se encuentra ahora envuelto en una nueva guerra civil entre el Gobierno en Trípoli (GNA) y las fuerzas que controlan Tobruk (LNA), un escenario que el ISIS podría explotar a su beneficio, como ha hecho en el pasado.
En tanto, los anuncios sobre esta Venganza de Al Sham llegan un mes después de que las milicias kurdas y árabes (SDF, por sus siglas en inglés) liberarán, con ayuda de la coalición internacional liderada por los Estados Unidos, al Baghouz, último bastión del ISIS en Siria.
Con la caída de esta aldea, el "califato" proclamado por Al Baghdadi en Mosul en 2014 llegó a su fin. Pero no así el ISIS, cuyos últimos miembros persisten ahora con su campaña terrorista desde células encubiertas.
Poco después del anuncio de la caída del califato, uno de los portavoces del ISIS, Abu Hassan al Muhajir, declaró en un largo video de 44 minutos que el grupo lanzaría una contraofensiva, especialmente luego del ataque terrorista perpetrado por un supremacista blanco sobre la comunidad musulmana en Nueva Zelanda.
Al respecto, The Times también reportó que el ISIS se encontraría planeando una nueva ola de ataques terroristas en Europa, como los ejecutados en 2015 en París, que dejaron un saldo de 130 muertos, aunque sus capacidades reales son un misterio.
Por ejemplo, los yihadistas planean volver a atacar en las calles de la capital francesa, como ocurrió entonces, pero han también designado blancos que van desde los trenes de alta velocidad en Alemania a la infraestructura energética en Suiza, de acuerdo con documentos hallados por las milicias kurdas en un disco rígido en Siria.
Específicamente, los documentos, dirigidos al líder Al Baghdadi, nombran al encargado de las operaciones en el extranjero, Abu Khabab al Muhajir, y se refieren a la existencia de dos células en Alemania y una en Rusia. Estos grupos tienen como primer objetivo operaciones de hackeo y robo de dinero para financiar al ISIS, además de la organización de ataques.
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