Crece el boicot en los lujosos hoteles del sultán de Brunéi por sus leyes que castigan la homosexualidad

El sultanato aprobó severos castigos basados en la sharia o ley islámica, como la lapidación o la mutilación de extremidades, aplicados a diferentes delitos, como el robo, el sexo entre personas del mismo sexo o el adulterio. Varios famosos han pedido continuar las protestas contra reconocidos establecimientos

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Activistas italianos en un hotel
Activistas italianos en un hotel de Roma, vinculado al sultán (AFP)

Miles de personas se han manifestado en las últimas semanas frente a hoteles de lujo en todo el mundo que son propiedad del sultán de Brunéi, el pequeño país del sudeste asiático que acaba de instaurar la lapidación para castigar las relaciones homosexuales y el adulterio, con un código civil que desató el rechazo de buena parte de la comunidad internacional.

"El carnicero de Brunéi", se leía en algunas pancartas, en referencia al sultán Hassanal Bolkiah, líder que dio luz verde a la lapidación de homosexuales.

En Londres, encabezados por el activista de derechos humanos Peter Tatchell, varios cientos de manifestantes se congregaron ante el lujoso Dorchester con banderas arcoíris y pancartas contra la homofobia. Algunos activistas fueron retirados a la fuerza por el personal de seguridad. "Nos manifestamos en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas LGBT en Brunéi", vociferaban los protestantes.

El pequeño Estado, rico en hidrocarburos, situado en la isla de Borneo y dirigido con mano de hierro por el sultán Bolkiah, se convirtió el pasado miércoles en el primer país del sudeste asiático que aplica un código penal basado en la sharía más estricta, siguiendo el ejemplo de Arabia Saudita.

Este fin de semana, The Guardian reportó que al menos 18 lujosas propiedades en el Reino Unido son propiedad del sultán o de un fondo soberano de Brunéi. Varias de ellas son manejadas a través de estructuras off-shore.

Hassanal Bolkiah, blanco de críticas
Hassanal Bolkiah, blanco de críticas por su política antihomosexuales (Reuters)

Famosos en campaña

El nuevo código fue criticado por la ONU y por numerosos gobiernos y ONGs, y varias figuras del mundo del espectáculo como Ellen DeGeneres, George Clooney y Elton John urgieron a boicotear los hoteles de lujo propiedad del sultán de Brunéi.

Otros famosos como Nancy Sinatra y Paris Jackson también invocaron a las redes a unirse al boicot por el retrógrada código civil.

Tatchell afirmó que si Brunéi no revoca la ley, el gobierno británico, que tiene una guarnición militar allí, tendrá que cortar vínculos con su antiguo protectorado.

"Si el sultán no quiere atender a razones ni a la compasión, creemos que el gobierno británico tendría que cortar todos los vínculos diplomáticos, económicos y militares con el régimen", dijo durante la protesta.

El gobierno británico describió  el nuevo código, que también ordena la amputación de una mano o un pie por robo, como un "paso atrás" para Brunéi. Sin embargo, Londres resistió los llamamientos a responder más enérgicamente, considerando por ejemplo la expulsión de Brunéi de la Commonwealth, el bloque de las antiguas colonias británicas. "Más que plantear amenazas (…), una vía más positiva es mantenerlos cerca, reconocer que existen algunos vínculos fuertes", dijo Mark Fields, secretario de Estado de Relaciones Exteriores, en la Cámara de los comunes.

La Universidad de Oxford aseguró que reconsiderará el título honorario que le entregó al sultán en 1993. Sin embargo, la institución aclaró que nadie tenía el derecho de "anular sumariamente" el grado.

Por su parte, Helen Stokes-Lampard, titular del Royal College of General Practitioners (organismo profesional para médicos generales en el Reino Unido), informó que el consejo directivo ha solicitado por unanimidad retirar la distinción que se le otorgó, por lo que se escribió una carta directamente al sultán.

Asimismo, el Deutsche Bank anunció el jueves que sus empleados no usarán los hoteles Dorchester.

La cadena hotelera difundió un comunicado lamentando la situación. "Entendemos el enfado y la frustración de la gente, pero esto es un tema religioso y político por el que no creemos que tengan que pagar nuestos hoteles y nuestros 3.630 empleados", afirmó la empresa.

(Con información de AFP)

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