Antonio Cepillo era mejor conocido como El Capitán Optimista. Egresado de la carrera de medicina y con todos los papeles en forma, su labor en el área de Oncología Pediátrica del Hospital General de Albacete fue mucho más allá de lo profesional.
El pediatra español de 36 años organizaba musicales y se ponía una nariz de payaso para hacer reír a los niños diagnosticados con cáncer.
Siendo el promotor de Los Guachis, una iniciativa de animación impulsada por el hospital, el doctor se disfrazaba de zar, de brujo, de gobernador, de aviador y de todo lo que le pudiera servir en su show para opacar la tragedia intrínseca de esta enfermedad.
Según su forma de ver las cosas, una enfermedad no siempre se podía curar, pero esa cruda verdad se podía contrarrestar con el hecho de que al menos sí se podía cuidar a los pacientes. Por eso también decía que los doctores nunca debían sentir pena por sus pacientes, pues consideraba que ese era el peor sentimiento. "No sean ese médico al que nadie quiere volver a ver", recomendaba.
Sin embargo, a sus 36 años, la enfermedad contra la que siempre luchó terminó acabando con su vida.
Todo empezó el 6 de mayo de 2016, cuando Antonio Javier Cepillo Boluda encontró en su cuerpo un bulto que no le dolía. De la noche a la mañana pasó de ser un doctor que trataba pacientes de cáncer a ser uno de ellos.
"Difícil resulta resumir a Antonio Cepillo, tan difícil como asumir su pérdida. Cepi era ese chico de múltiples facetas: deportista, científico, sabio, humanista, cooperante, artista, un hombre bueno", recordaron sus compañeros de Los Guachis.
Antes de trabajar en la planta de Oncología, Antonio había colaborado como voluntario en distintos proyectos de pediatría en países subdesarrollados.
Su labor fue ampliamente reconocida, y la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness le dio un premio cuyo dinero empleó para pintar con fotogramas de películas de Disney las habitaciones y estancias del área de oncología pediátrica, a través del proyecto Dibujando mi Hospital de colores para todos los niños.
El jugador del Barcelona Andrés Iniesta lo conocía desde la infancia. Ambos entrenaron en las categorías inferiores del Albacete Balompié durante casi 16 años.
"Amigo, capitán, tu lucha, generosidad, altruismo, dedicación han sido y serán un ejemplo para todos. Un beso muy fuerte para la familia y amigos. Descansa en paz, Cepi", escribió el futbolista en su cuenta de Twitter a modo de despedida.
Amigo, capitán, tu lucha, generosidad, amabilidad, altruismo, dedicación han sido y serán un ejemplo para todos. Un beso muy fuerte para la familia y amigos. Descansa en paz, Cepi. pic.twitter.com/UP4sLznjKN
— Andrés Iniesta (@andresiniesta8) April 3, 2019
Sus colegas del hospital aún no han terminado de asimilar la muerte del Capitán Optimista. "La vida regala gente insuperable, pero a veces les da una corta trayectoria".