El Partido Popular Republicano (CHP), principal fuerza opositora en Turquía, se impuso en las ciudades de Estambul, Izmir y Ankara en las elecciones locales del domingo, venciendo al partido AK del presidente Tayyip Erdogan en la capital por primera vez desde que él llegó al poder hace 16 años. La alianza electoral oficialista obtuvo la mayor cantidad de votos en el total del país.
Con casi el 100% de los votos escrutados, el candidato a alcalde de la oposición laica CHP, Mansur Yavas, había conseguido 50,9 por ciento, con una ventaja de 3,8 puntos porcentuales sobre su rival del AK, de tendencia islamista.
Por otro lado, el candidato del CHP en Estambul, Ekrem İmamoğlu, se imponía por una diferencia mínima 0,28% ante el elegido de Erdogan, Binali Yıldırım.
También en Izmir, tercera ciudad turca en población, ganó el CHP con el 58,6% de los votos. Aquí el candidato Tunc Soyer obtuvo una diferencia de casi el 20% frente al candidato del oficialismo.
La derrota en Ankara es un revés grande para Erdogan, quien llevó adelante una intensa campaña de dos meses antes de los comicios que describió como una "cuestión de supervivencia" para Turquía.
Es la primera vez en los 16 años que Erdogan lleva el poder en la que pierde el control de la capital, y significa una vuelta del CHP después de 25 años como oposición local, como recordó el periódico turco Hürriyet
"Tenemos que aceptar el hecho de que hemos ganado y perdido algunas ciudades, esto es necesario en las democracias", dijo Erdogan en Estambul, prometiendo que Turquía ahora se enfocará en su atribulada economía antes de las elecciones nacionales de 2023.
"Tenemos un período largo por delante en el que realizaremos reformas económicas sin comprometer las reglas de la economía de libre mercado", dijo a los periodistas.
Erdogan ha dominado la política turca durante más de 16 años gracias en parte a un fuerte crecimiento económico y el apoyo de un electorado de turcos musulmanes devotos y conservadores.
El líder se ha convertido en el político más popular, aunque también más divisivo, del país en la historia moderna, tras reforzar su control del poder en las elecciones del año pasado que dieron inicio a una nueva presidencia ejecutiva, aprobada en un disputado referendo en 2017.
De hecho su Alianza Popular obtuvo el 51,63% de los votos a nivel nacional, a pesar de haber perdido en las grandes ciudades, contra el 37,55% de su principal opositor, la Alianza Nacional. Más específicamente, el AK de Erdogan logró por sí mismo el 44,32% de los votos frente al 30,1% del CHP.
Una crisis cambiaria después de las elecciones del año pasado provocó una pérdida de un 30 por ciento en el valor de la lira turca y empujó a la economía hacia la recesión.
Con una inflación cercana al 20 por ciento y el desempleo en alza, algunos votantes se mostraron dispuestos a castigar al presidente.
"En realidad no iba a votar hoy, pero cuando vi cuánto estaba flojeando (el AK), pensé que este podría ser el momento de darles un golpe. Todos están descontentos. Todos están luchando", dijo Hakan, de 47 años de edad, después de votar en Ankara.
Mientras las autoridades se apresuraban nuevamente a apuntalar la lira la última semana, Erdogan planteó los problemas económicos del país como resultado de los ataques de Occidente, diciendo que Turquía superaría sus problemas después de la votación del domingo y agregando que era "el jefe" de la economía.
Con información de Reuters y AFP
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