Nino Di Matteo, el magistrado más protegido de Italia: "Subestimar la influencia de Cosa Nostra en el tejido criminal mundial sería un grave error"

El fiscal que investigó los vínculos entre el Estado italiano y la mafia siciliana lleva más de 25 años viviendo bajo custodia. En diálogo con Infobae, aseguró que la organización puede ser derrotada, aunque es necesaria la colaboración de la política y un cambio de mentalidad de la sociedad

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Antonino Di Matteo, procurador suplente
Antonino Di Matteo, procurador suplente Nacional Antimafia y Antiterrorismo de Italia

No hay un segundo que los hombres de su escolta lo pierdan de vista. Nino Di Matteo es el magistrado más protegido de Italia. Las investigaciones que ha dirigido y continúa dirigiendo lo han convertido en el objetivo número uno de los jefes más influyentes de la mafia siciliana: el fallecido capo dei capi Totò Riina y Matteo Messina Denaro, quien es considerado su sucesor.

Di Matteo rechaza la etiqueta de "héroe", a pesar de más de veinte años al frente de la lucha contra Cosa Nostra. "Los hombres que luchan contra la mafia son personas que sólo intentan hacer su trabajo porque creen que ese trabajo puede ser útil para los demás", dice durante una entrevista con Infobae en el marco del Seminario Anti Mafia italo-argentino que tuvo lugar esta semana en Buenos Aires.

Como fiscal de la Procuraduría Nacional Antimafia, Di Matteo investigó la negociación entre representantes del Estado italiano y Cosa Nostra tras los atentados contra los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino en 1992. El abril pasado, esa investigación llevó a la condena de importantes funcionarios, policías, políticos y mafiosos. Sus hallazgos incomodaron tanto a la mafia como a algunos representantes de la política y las instituciones.

—¿Cosa Nostra aún puede chantajear al Estado italiano?

—Hasta cuando no se esclarezcan por completo una serie de crímenes excelentes, incluidas las masacres de los años '92 y '93, Cosa Nostra mantendrá un poder de chantaje contra las instituciones y seguirá siendo peligrosa. Nunca debemos olvidar un hecho: desde 1993 está prófugo uno de los principales protagonistas de esa temporada de masacres, Matteo Messina Denaro. Muy probablemente, él sabe quiénes fueron las personas que colaboraron con Cosa Nostra para idear, organizar y ejecutar esas masacres aún sin formar parte de ella.

—¿Cómo es posible que Messina Denaro siga prófugo después de todos estos años?

—El historial de las fugas de varios jefes mafiosos —Bernardo Provenzano estuvo prófugo durante 43 años, Riina durante más de 20, Messina Denaro desde hace 26— demuestra que muchos de ellos aún cuentan con cómplices institucionales en los más altos niveles. No se mantienen prófugos sólo gracias a su capacidad de huir. El juicio sobre la negociación entre el Estado y la mafia también demostró que estos "hombres de honor" recibieron protección institucional.

Cómo era y cómo podría
Cómo era y cómo podría ser hoy Matteo Messina Denaro, en una elaboración computerizada realzada por la policía italiana

—Algunos dicen que la captura de Messina Denaro está cerca. ¿Es así?

—Prefiero no aventurarme en predicciones. La esperanza es que con la captura pueda cerrarse un capítulo que resulta ser pesado y vergonzoso para nuestro país. Es una fuga demasiado larga.

—Por otro lado, muchos otros jefes mafiosos fueron capturados en los últimos años. ¿Cuál es la situación de Cosa Nostra después de todas estas capturas?

—Aquellos que conocen la historia de la organización saben que siempre ha habido períodos de mayor uso de la violencia y otros de aparente retirada. Esto a menudo esconde el interés en mantener un perfil bajo para poder dedicarse a los negocios y a la vez reconstruir su estructura durante fases de crisis. Creo que en este momento Cosa Nostra no está derrotada en absoluto. Los asesinatos y los episodios violentos han disminuido en los últimos años, pero Cosa Nostra es siempre la misma: tiende a reorganizarse siguiendo las viejas reglas y, personalmente, no excluyo que en los próximos años pueda retomar una estrategia de violento ataque contra el Estado y las instituciones.

—¿Qué le hace pensar eso?

—El conocimiento de la historia de Cosa Nostra. En 1963, después de la detención de muchos mafiosos de Palermo, se creía que había sido completamente aniquilada y destruida. Pero en pocos años, a partir de 1970, la organización demostró su increíble poder comenzando una escalada criminal que marcó una historia única en el mundo. No sólo porque mató a exponentes del más alto nivel —jueces, magistrados, policías, carabineros, políticos, sindicalistas, periodistas— sino también porque también pudo crear relaciones con los más altos niveles de la política regional y nacional. Por eso, nunca debemos subestimarla: en comparación con otras organizaciones, siempre demostró su capacidad de camuflarse para cultivar relaciones con el poder.

—Usted es considerado el magistrado que en la actualidad enfrenta el mayor riesgo en Italia. ¿Cómo vive esta situación?

—Llevo más de 25 años viviendo bajo custodia. En los últimos años, el nivel de protección ha aumentado mucho porque [en 2013] unas escuchas revelaron la voluntad de Totò Riina de matarme y otros arrepentidos hablaron de un proyecto que ya se está preparando y ejecutando con la compra de explosivos. Esto ha llevado a un aumento exasperante de la protección.

Totó Riina, el jefe de
Totó Riina, el jefe de Cosa Nostra más sanguinario. Murió en 2017 (AP)

—¿Siente el apoyo de las instituciones y de la sociedad civil?

—El Estado y las instituciones han respondido de la mejor manera, y nunca dejaré de agradecer especialmente al cuerpo de Carabineros que garantizan mi protección. También recibí el apoyo de una parte importante de la sociedad civil, incluyendo estudiantes jóvenes, universitarios y ciudadanos en general. Por otro lado, no puedo omitir que durante los años que trabajé en la investigación sobre la negociación entre el Estado y la mafia y el posterior juicio, algunos representantes estatales y políticos tomaron distancia de forma prejuiciosa y dogmática. Buscaron deslegitimarla y dejarla en ridículo, buscaron acusarme a mí y a mis colegas de querer explotarla con fines políticos. Después de 5 años de juicio, cuando una sentencia del Tribunal estableció que la hipótesis acusatoria estaba fundada, prefirieron cambiar de estrategia. La deslegitimación se convirtió en silencio: hoy ya no se habla de ese juicio. Es como si un muro de silencio hubiese caído sobre una historia que los ciudadanos italianos tienen el derecho de conocer.

¿Qué sintió cuando en 2017 murió Riina?

—Recuerdo lo que dije y sentía en ese momento: pensé que no era correcto comentar sobre la muerte de un hombre. Y lo mismo hago hoy.

—Usted dijo que en algunos lugares la mafia ya ni tiene la necesidad de amenazar o recurrir a la violencia porque es la misma sociedad que busca sus "servicios". Con esta mentalidad, ¿se podrá alguna vez erradicar el fenómeno o es una batalla perdida?

—Es difícil aceptar que una parte demasiado grande e importante de la sociedad casi ha terminado por aceptar a la mafia como un mal inevitable con el que debemos convivir. Sin esa parte inerte tan dispuesta a aceptar la metodología mafiosa, la mafia ya habría sido erradicada. No obstante, yo estoy convencido que se cumplirá la profecía de Falcone según la cual la mafia, como todo fenómeno humano, tendrá un final. Estoy convencido que podemos lograrlo. Pero estoy igualmente convencido que esto puede suceder bajo dos condiciones. La primera es un cambio en la política: los gobiernos deben entender que la lucha contra la mafia debe convertirse en prioridad absoluta de sus agendas. Y la otra tiene que llegar desde abajo: debe haber una verdadera revolución cultural que, desde los jóvenes, elimine la mentalidad mafiosa. La mentalidad de la pertenencia al poder, del favor, de la recomendación, del lobby. Todas esas cosas que se consideran herramientas para adquirir poder y que, en cambio, mortifican los derechos y las garantías de los ciudadanos más débiles.

La foto más celebre de
La foto más celebre de los jueces italianos Giovanni Falcone (izquierda) y Paolo Borsellino, asesinados por Cosa Nostra en dos brutales atentados en 1992

—¿Cómo se puede lograr esa revolución?

—La escuela es importante, pero también creo en los debates que se organizan con los ciudadanos. Los ciudadanos deben sentir la cercanía física de los hombres que luchan contra la mafia, para comprender que no son personas diferentes de ellos: no son héroes, sólo son personas que sólo intentan hacer su trabajo porque creen que ese trabajo puede ser útil para los demás. La lucha contra la mafia también debe convertirse en una lucha popular, no sólo en una lucha liderada por las instituciones encargadas de la represión.

—¿En este momento cuál es el alcance de Cosa Nostra en Latinoamérica?

—Probablemente ahora la mafia calabresa 'ndrangheta tiene las relaciones más directas con los cárteles colombianos y mexicanos y el crimen organizado en América del Sur. Pero nunca debemos olvidar que Cosa Nostra mantiene relaciones privilegiadas con las familias de la mafia que operan en los Estados Unidos y que esas familias aún pueden influir en las estrategias criminales, incluso la de los cárteles que operan en América del Sur. Hace poco, en Nueva York, fue asesinado Frank Cali, de la familia Gambino, que según las investigaciones que hicimos hace unos años emergió como el nexo con los mafiosos de Palermo. Creo que desestimar la historia de Cosa Nostra, así como su influencia y su fuerza en el tejido criminal mundial sería un grave error.

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