El papa Francisco inicia este sábado una breve visita a Marruecos centrada en el diálogo con el islam y en el problema de la migración, dos prioridades de su pontificado, un día antes de reunirse con la pequeña comunidad católica del reino.
El avión papal despegó a las 10:45 (09:40 GMT) de Roma y está previsto que aterrice hacia las 14:00 (13:00 GMT) en Rabat, la capital de Marruecos.
El jefe espiritual de unos 1.300 millones de católicos fue invitado por el rey de Marruecos, Mohamed VI, "comandante de los creyentes", para esta visita centrada en "el desarrollo del diálogo interreligioso", según las autoridades marroquíes.
Se trata de una cuestión prioritaria para el papa argentino, en un momento en que la atención se centra en los escándalos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica.
Para recibir al pontífice en Rabat, capital de un país 99% musulmán, se pintaron edificios, se pavimentaron calles, se arreglaron jardines y se reforzaron las fuerzas de seguridad.
Mohamed VI le recibirá a los pies del avión con dátiles y leche de almendra, como marca la tradición. Después, los dos realizarán un cortejo a una gran explanada de Rabat, en la que se espera que se reúnan unas 25.000 personas para escuchar los discursos de ambos mandatarios, que se retransmitirá en pantallas gigantes.
"Tolerancia religiosa"
Tras un encuentro privado con Mohamed VI en el palacio real, el papa visitará el Instituto de Formación de Imanes, un establecimiento considerado punta de lanza del "islam moderado" que defiende el rey y en el que se forman 1.300 estudiantes de una decena de países, hombres y mujeres.
"Es un acontecimiento muy significativo, la primera vez que un papa visita un instituto de formación de imanes", destacó antes de la visita el portavoz del pontífice, Alessandro Gisotti.
El rey y el papa escucharán los testimonios de dos estudiantes, uno africano y otro europeo, y una declaración del ministro marroquí de Asuntos Islámicos, Ahmed Toufiq.
Durante una histórica visita a Emiratos Árabes Unidos en febrero, el papa y el gran imán de la institución del islam sunita Al Azhar de El Cairo, jeque Ahmed al Tayeb, firmaron un "documento sobre la fraternidad humana" que reclamaba la libertad de creencia y de expresión y la ciudadanía plena para las "minorías" discriminadas.
Según el vocero Gisotti, el papa volverá a aludir a este documento, que distribuye a todos los jefes de Estado.
El texto defiende "la cultura de la tolerancia", pero no llega a admitir el derecho a no adoptar una religión.
Las autoridades de Marruecos, donde el islam es religión de Estado, suelen poner de relieve la "tolerancia religiosa" del país, que permite a los cristianos extranjeros y a los judíos practicar su fe con libertad.
No obstante, en el caso de los marroquíes -que si no pertenecen a la comunidad judía son considerados automáticamente musulmanes- la sociedad desaprueba la apostasía y la ley condena el proselitismo.
Aunque el código penal no menciona explícitamente la renuncia al islam, quienes son sospechosos de "hacer tambalear la fe de un musulmán o de convertirlo a otra religión" pueden ser juzgados.
La pequeña minoría de convertidos, que se mantuvo mucho tiempo en la sombra, reclama abiertamente desde 2017 poder vivir su fe "sin persecuciones" y "sin discriminación".
Política "humanista"
Al final de la jornada del sábado, Francisco visitará a un grupo de migrantes en un local de la ONG católica Cáritas, que gestiona centros de acogida destinados a ayudar a quienes intentan llegar a Europa.
La ruta a través de Marruecos rumbo a España se convirtió en los últimos años en la principal vía de los migrantes procedentes del África subsaharina, debido sobre todo al cierre de la vía libia.
En 2017, los tres centros de acogida de Cáritas recibieron a 7.551 personas, según la organización.
Marruecos reivindica una política "humanista" centrada en la regularización de los migrantes y rechaza las críticas de los defensores de derechos humanos, que denunciaron en los últimos meses "campañas de detenciones brutales" y "desplazamientos forzados" de migrantes hacia el sur del país.
El papa dedicará la jornada del domingo a la pequeña comunidad católica del país y concluirá su visita con la mayor misa católica jamás celebrada en Marruecos, con la asistencia prevista de 10.000 personas.
(Por Catherine Marciano / Sophie Pons – AFP)
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