Las fuerzas armadas de India derribaron un satélite de órbita baja con un misil balístico durante un ejercicio, anunció este miércoles el primer ministro Narendra Modi, lo convierte al país en el cuarto en lograr esta proeza tecnológica en el mundo después de Estados Unidos, China y Rusia.
"Nuestros científicos han derribado un satélite de órbita baja a una distancia de 300 kilómetros" de altura, declaró el dirigente nacionalista durante un excepcional discurso televisado a dos semanas del inicio de las elecciones legislativas en el gigante del sur de Asia, de acuerdo a la agencia AFP.
Nuestro objetivo es establecer la paz y no crear una atmósfera de guerra
"Nuestro objetivo es establecer la paz y no crear una atmósfera de guerra. Esto no está dirigido contra ningún país", agregó Modi, a pocas semanas de una fuerte crisis con Pakistán en Cachemira, que incluyó el derribó de un caza Mig-21 indio, que puso a ambos países en pie de guerra antes de que las tensiones finalmente aplacaran. "Esto se hizo para asegurar a India y su rápido crecimiento", señaló.
"Es un momento de orgullo para India", afirmó el premier en esta intervención anunciada en el último momento y sobre la que no se había filtrado nada, al estimar que su país de 1.250 millones de habitantes "registraba su nombre en la lista de superpotencias del espacio".
La operación, bautizada "Mission Shakti" ("fuerza" en hindi), duró tres minutos. "El satélite era un blanco preestablecido y fue derribado por un misil antisatélites", precisó Modi.
Esta tecnología antisatélites tiene el inconveniente de proyectar miles de fragmentos a gran velocidad en la órbita terrestre, lo que plantea un peligro para otros objetos espaciales, señalan los expertos.
China llevó a cabo por primera vez un derribo similar en 2007, provocando numerosas críticas en la comunidad internacional por la percibida militarización del espacio, incluyendo las realizadas por India, como recuerda la agencia EFE.
Estados Unidos y Rusia, por su parte, alcanzaron esta tecnología en 1985 y en la última recta de la competencia aeroespacial desatada por la Guerra Fría, aunque en la actualidad se están alejando del método de los misiles antisatélites concentrándose en cambio en la utilización de un láser, que permite poner fuera de servicio los instrumentos de un satélite por "deslumbramiento" sin afectar su integridad física.
En un comunicado enviado por la cancillería india poco después del discurso de Modi, se destacó que el país "no tiene intención de entrar en una carrera de armas en el espacio exterior". "Siempre hemos mantenido que el espacio debe usarse sólo para fines pacíficos", señaló el texto.
Pero la carrera, al parecer, ya estaría en marcha y cada vez más países buscan lanzar sus propios satélites, fundamentales para trabajos de inteligencia y para la comunicación global, y desarrollar los medios para destruir aquellos que pertenecen a su adversarios.
Rusia y China propusieron en 2014 un tratado para la prohibición de armas en el espacio, el cual fue rechazado por Estados Unidos, argumentado que la falta de mecanismos para verificar la existencia de estas armas en los diferentes países hacía que tal acuerdo fuera "fundamentalmente defectuoso".
El anuncio del gobierno indio se produce cuando Modi aspira a obtener un segundo mandato de cinco años en las elecciones que comenzarán el 11 de abril, para las que 900 millones de electores están convocados a las urnas. Los resultados se anunciarán el 23 de mayo y no existe ninguna certeza.
Este ambiente de campaña parece haber movilizado al nacionalista Partido Popular Indio del premier en varios frentes, y desde el 14 de febrero las tensiones con el vecino Pakistán, con quien India ha peleado cuatro guerras, se dispararon.
En aquel día un ataque suicida de parte de un grupo terrorista vinculado a Pakistán dejó un saldo de 42 soldados muertos en Cachemira, que Nueva Delhi e Islamabad reclaman. Diez días después la fuerza aérea india bombardeó un presunto campamento de organización Jaish-e-Mohammed del otro lado de la frontera, lo que motivó una respuesta de la aviación paquistaní.
Un Mig-21 indio fue derribado y su piloto capturado, mientras en tierra tuvieron lugar numerosos enfrentamientos en la llamada Línea de Control frontera de facto en la Cachemira, que dejaron al menos cuatro muertos paquistaníes, en el conflicto más tenso entre ambas potencia nucleares desde la guerra de Kargil en 1999.
El 1 de marzo Islamabad repatrió al piloto indio capturado y las tensiones parecieron aplacarse, aunque la situación dista de haber sido solucionada y la prueba del nuevo misil antisatélites indio puede también avivar las llamas del histórico conflicto, considerando que Pakistán opera numerosos satélites de comunicación, observación y control climatológico.
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