A partir de la próxima semana, el sultanato de Brunéi penará con la pena de muerte por lapidación el adulterio y el sexo gay, informaron las autoridades. El pequeño sultanato implementará el nuevo y severo código penal, que también prescribe la amputación de una mano y un pie por robo, a partir del próximo miércoles.
La nueva disposición va camino a introducir la sharia -la ley islámica- como ley de la nación, aunque solo se aplicará a los musulmanes.
La homosexualidad ya es ilegal en Brunéi y se penaba con la cárcel, pero ahora se convertirá en un delito capital. Mientras que la nueva sanción por robo es la amputación de la mano derecha por una primera infracción y el pie izquierdo por una segunda infracción.
Grupos de defensa de los derechos humanos de todo el mundo reaccionaron con espanto este miércoles a este último paso en el endurecimiento de la ley de esta nación rica en recursos, que practica un islam más estricto que sus vecinos del sureste de Asia, Malasia e Indonesia.
Amnistía Internacional condenó las nuevas reglas por "atroces" e instó a Brunéi a que "detenga de inmediato" la aplicación de estas penas nuevas. "Legalizar semejantes penas crueles e inhumanas es algo atroz", dijo en un comunicado Rachel Chhoa-Howard, responsable de este país en la organización de derechos humanos.
"Algunas de las posibles" ofensas "ni siquiera deberían considerarse crímenes, incluido el sexo consensual entre adultos del mismo género", añadió.
Un aviso en las salas del Fiscal General de Brunéi con fecha del 29 de diciembre del año pasado decía que las disposiciones entrarían en vigor el 3 de abril.
"Estamos tratando de presionar al gobierno de Brunéi, pero nos damos cuenta de que hay un marco de tiempo muy corto hasta que las leyes entren en vigencia", dijo Matthew Woolfe, fundador del grupo de derechos humanos The Brunei Project, pidiendo a los gobiernos que aumenten la presión diplomática sobre Brunéi. "Nos sorprendió que el gobierno ahora haya dado una fecha y se esté apresurando en la implementación", dijo el activista de Australia.
El sultán Hassanal Bolkiah, monarca absoluto de Brunéi, anunció las medidas por primera vez en 2013, pero la aplicación se retrasó para que los funcionarios resolvieran los detalles y por la oposición de organizaciones de derechos. Las protestas internacionales incluyeron un boicot al exclusivo Hotel Beverly Hills en California, propiedad del sultán.
El Código Penal de la Sharia en 2014, impuso multas o penas de cárcel por delitos como el embarazo fuera del matrimonio o la falta de oración los viernes. Ya en 2015 Brunéi prohibió las celebraciones excesivas de Navidad por temor a que los musulmanes se desviaran. Entre otros delitos castigados con azotes se encuentran la venta de alcohol y los delitos migratorios.
Alrededor de dos tercios de los 417.000 habitantes de la nación rica en petróleo son musulmanes, mientras que también alberga importantes comunidades cristianas y budistas.
Las actitudes socialmente conservadoras prevalecen en Asia, con Myanmar, Malasia, Singapur y Brunei que prohíben las relaciones sexuales entre hombres, mientras que Indonesia ha visto un aumento en las redadas dirigidas a las personas LGBT en los últimos años.
"Es horrible. Brunei está imitando a los estados árabes más conservadores", dijo Dede Oetomo, uno de los activistas LGBT más destacados de Indonesia.
Con información de AFP, Reuters y The Independet