El presidente Donald Trump volvió a sacudir el jueves el avispero de Medio Oriente cuando anunció, a través de un tuit, que "ya es hora" de que Estados Unidos reconozcan la soberanía israelí sobre el territorio conocido como los Altos del Golán. Lo había hecho en el pasado al reconocer a Jerusalén como capital de Israel, lo que fortaleció sus lazos con Benjamin Netanyahu pero también abrió un proceso de convulsión en la región que alejó, una vez más, la posibilidad de una solución negociada al conflicto con los palestinos.
Sin embargo, ¿cuál es la verdadera importancia de estos territorios que pertenecieron a Siria hasta el año 1967?
En efecto, esta meseta elevada y fronteriza entre Siria, el Líbano, Israel y Jordania, es un lugar privilegiado y de gran importancia estratégica regional. El terreno, volcánico y bucólico por lo verde y montañoso en una región marcada por la aridez y con grandes extensiones desérticas, consta de 1.800 kilómetros cuadrados y está delimitada en el sur por el río Yarmouk.
A sus pies se ubica el valle del Jordán y el mar de Galilea, una de las zonas más fértiles de la región de donde sale el agua que desciende por el bíblico río Jordán, y tiene en el norte el monte Hermón y en el este el valle de Raqad.
En el último medio siglo, Israel ha impulsado su presencia en la estratégica meseta y a la población drusa siria (árabes) que quedó tras la toma del territorio ha sumado a miles de judíos israelíes, que la comunidad internacional considera colonos.
En la actualidad, quedan en el Golán ocupado cuatro pueblos árabes: Majdel Shams, Ein Qiniyye, Masade y Buqata, poblados por unos 27.000 sirios, en su mayoría drusos.
A estas localidades se suman una treintena de asentamientos judíos, que comenzaron a levantarse tras la guerra, muchos de los cuales viven de la agricultura y en los que habitan unos 20.000 israelíes.
Además de su importancia estratégica como punto en altura que permite amplia visibilidad al territorio de cuatro países (se ve desde allí con facilidad Damasco, a 60 kilómetros al norte), el Golán también es esencial por sus recursos hídricos.
La región tiene mayores precipitaciones que las zonas adyacentes más bajas, cuenta con un terreno volcánico fértil y sus montañas nevadas en invierno alimentan ríos y aguas subterráneas que proveen a Israel de cerca de un tercio de su agua.
La historia
Israel controla dos tercios del territorio desde la Guerra de los Seis Días, en 1967. En 1973, Siria trató de recuperar los territorios a través de una guerra frustrada. Ambos países firmaron un armisticio en 1974 y el Golán había estado relativamente tranquilo desde entonces. En el 2000, sostuvieron sus conversaciones de más alto nivel sobre un posible retorno del Golán y un acuerdo de paz, pero ese diálogo colapsó, así como todos los anteriores.
El otro tercio que no se encuentra controlado por Israel estuvo bajo control sirio hasta que estalló la guerra civil en ese país en 2011. Desde entonces ha ido cambiando de manos entre los diferentes grupos en lucha contra el régimen de Bashar al Assad y las fuerzas gubernamentales.
De acuerdo con altas fuentes israelíes, el principal motivo por el que al país le interesa el territorio -además de los recursos naturales- tiene que ver con la seguridad. La guerra civil en Siria demostró la necesidad de mantener la meseta como zona de amortiguamiento entre las ciudades israelíes y la inestabilidad del vecino.
Las autoridades israelíes dicen también que teme que Irán, un aliado del presidente sirio Bashar Al Assad, esté tratando de establecerse de forma permanente en el lado sirio de la frontera para lanzar ataques contra Israel.
Diferencias en la comunidad internacional
La comunidad internacional no reconoce la soberanía israelí en ese territorio, que el país finalmente se anexionó en 1981 de forma unilateral y sin el reconocimiento del mundo, que sigue considerando toda la meseta territorio sirio ocupado.
Desde 1974 unidades de la UNDOF (Fuerza Observadora de la ONU para la Retirada) mantienen la seguridad en 266 kilómetros cuadrados de frontera y tierra de nadie entre Siria e Israel, controlando el cumplimiento del acuerdo de armisticio de 1967 conocido como la Línea Púrpura.
Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU 242 y 497 son claras respecto al posicionamiento internacional sobre este espacio, un consenso que Trump dinamitó ayer con su mensaje en Twitter.
"Tras 52 años es hora de reconocer plenamente la soberanía israelí sobre los Altos del Golán, que son de importancia estratégica y de seguridad crítica para el Estado de Israel y la estabilidad regional", escribió el presidente estadounidense.
La posición es contraria a la mantenida hasta ahora por las distintas administraciones de Washington y confirmada en las Naciones Unidas.
La resolución de la ONU 242 (de 1967) recuerda a Israel "la inadmisibilidad de la adquisición de territorio por medio de la guerra", mientras que la 497 (de 1981) considera "la decisión israelí de imponer sus leyes, jurisdicción y administración en los Altos del Golán Sirios ocupados nula, inválida y sin efecto internacional legal".
Fuentes diplomáticas rusas condenaron la decisión de Trump y aseguraron que los acuerdos internacionales referentes al Golán tienen que cambiarse en el Consejo de Seguridad de la ONU y que el estatus de la zona "no puede cambiarse a base de tweets", según informó el viernes la radio israelí estatal Kan.
Sin embargo, Reuters confirmó que ya hay funcionarios trabajando en un documento sobre la soberanía de Israel que probablemente será firmado la próxima semana por Trump durante la visita del premier israelí, Benjamin Netanyahu.
Con información de Reuters y EFE
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