Los pilotos del vuelo 610 de Lion Air que se estrelló en Indonesia en octubre, la primera de las dos tragedias ocurridas en aviones Boeing 737 MAX y que motivaron la suspensión temporaria del modelo, buscaron desesperadamente en los manuales de la aeronave cómo evitar la tendencia a caer en picado presuntamente provocada por un sistema de navegación automática en desperfecto. Pero no la hallaron y colisionaron en las aguas del Mar de Java, según revelaron tres fuentes a la agencia Reuters.
El accidente en el que murieron 189 personas aún está siendo investigado, aunque sus hallazgos preliminares han cobrado mayor importancia luego de que otro Boeing 737 MAX cayera a tierra por razones aparentemente similares el 10 de marzo, esta vez en Etiopía y causando la muerte de 157 tripulantes y pasajeros.
Tras la tragedia ocurrida en África, la segunda para el moderno modelo 737 MAX en menos de seis meses, prácticamente todos los países del mundo han ordenado la suspensión de las operaciones con el modelo hasta que la empresa Boeing, la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) y los entes regulatorios pertinentes investiguen a fondo lo ocurrido.
Desde el principio trascendió que el accidente en Indonesia probablemente se haya debido a una falla en los sensores que registran el ángulo de ataque, es decir la elevación o declinación de la nariz del avión, y de velocidad y altitud, y una corrección errónea y fatal realizada por el sistema MCAS, que automáticamente genera cambios en el curso de la aeronave para evitar caer en pérdida, como se conoce al momento en el que un avión pierde sustentación.
De esta manera, el MCAS del 737 MAX de Lion Air habría automáticamente iniciado un picado, basado en información errónea, que los pilotos no pudieron corregir y que provocó el accidente.
Los pilotos no parecían saber que el sistema estaba actuando, sólo hablaban de velocidad y altitud
Al respecto, se ha dicho que Boeing no informó correctamente ni proveyó información sobre cómo anular este sistema automático, cuya existencia los pilotos aparentemente no conocían. Por el contrario la empresa sostiene que la tripulación no estaba correctamente entrenada para hacer frente al desperfecto mediante un procedimiento concreto.
Algo similar parece haber ocurrido en el vuelo de Ethiopian Airlines, aunque aún no ha trascendido información al respecto.
Problemas poco después del despegue
Ahora, las grabaciones de la caja negra del vuelo de Lion Air se han hecho públicas por primera vez a través de tres fuentes que participaron de la investigación, de acuerdo a Reuters.
De acuerdo a esta información, el capitán, de 31 años, estaba volando el 737 MAX y el primer oficial operaba la radio en el despegue del vuelo 610 desde el aeropuerto de Jakarta.
Apenas dos minutos después de dejar tierra el primer oficial reportó a los controladores aéreos un "problema en el control de vuelo" mientras el capitán intentaba mantener una altitud de 5.000 pies (unos 1500 metros).
Aunque el primer oficial no especificó el problema, en la grabación de la caja negra se escucha una referencia al indicador de velocidad y a un presunto problema en el instrumental del capitán, de acuerdo a las fuentes.
Entonces el comandante pidió a su primer oficial que buscara en el manual de referencia rápida, que contiene una lista de problemas comunes.
En los siguientes nueve minutos el instrumental de a bordo indicó a los pilotos que el avión estaba entrando en pérdida y el MCAS automáticamente corrigió el curso ajustando los elevadores e inclinando la nariz del avión.
Una entrada en pérdida significa que el flujo de aire en las alas es demasiado débil para mantener la sustentación y evitar que la nave caiga como una piedra, y suele ocurrir cuando la velocidad del avión se acerca a niveles muy bajos. Cuando lo aviones elevan su altitud, suelen perder velocidad, y cuando caen, la aumentan. Por eso el MCAS realiza pequeñas correcciones en la elevación de la nariz para controlar este fenómeno.
Pero la medición era errónea y el avión no estaba entrando en pérdida, dijeron las fuentes.
En consecuencia, el capitán se pasó esos nueve minutos tratando de levantar la nariz del 737 MAX y evitar que se estrellara, mientras el MCAS hacía exactamente lo contrario, disparado por una medición errónea.
"No parecían saber que el sistema estaba actuando", dijo una de las fuentes consultadas. "Sólo hablaban de velocidad y altitud", agregó.
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Boeing, que no ha querido comentar al respecto de estas revelaciones por que la investigación sigue en curso, ha dicho que existe un procedimiento para solucionar este problema, aunque ya ha sido blanco de críticas por presuntamente no haber informado correctamente al respecto.
Un antecedente, la noche anterior
De hecho, en un reporte publicado en noviembre se argumentaba que una tripulación distinta había sufrido el mismo problema en el mismo avión la noche anterior, y había podido evitar un accidente siguiendo el procedimiento.
Más precisamente, aquel vuelo contaba con la presencia en la cabina de un experimentado piloto de la aerolínea Batik Air, perteneciente al mismo grupo que Lion Air. El hombre estaba acompañando fortuitamente a la tripulación y no comandaba la aeronave, pero ante el desperfecto y estando presente en la cabina prestó su ayuda.
La presencia de este piloto ya había sido reportada por Bloomberg, pero el informe de las autoridades aeronáuticas indonesias ahora lo confirma, de acuerdo a las fuentes.
Pero el hecho es que ninguno de estos pilotos ni la aerolínea pasaron la información sobre el incidente a la siguiente tripulación.
El capitán y el piloto del vuelo 610 se mantuvieron en calma durante la mayor parte del vuelo. Pero sobre el final el comandante cedió el control del avión a su copiloto para intentar hallar él mismo la solución al problema en los manuales.
Pidió a los controladores aéreos que liberaran el espacio aéreo por debajo de los 3.000 pies (unos 1.000 metros). Y entonces el primer oficial perdió el control del avión, señalaron las fuentes.
De acuerdo a la información del vuelo, cuando el copiloto de 41 años tomó los controles el 737 MAX profundizó la caída.
Sobre el final, el capitán, de origen indio, se mantuvo en silencio, mientras el primer oficial, indonesio, dijo "Allahu Akbar" (Dios es el más grandé, en árabe y una expresión clásica del islam). Luego el avión desapareció del radar.
El reporte definitivo de las autoridades indonesias aún no está listo, pero en forma preliminar se ha culpado al sistema MCAS, a un sensor defectuoso y recientemente cambiado en el avión, y al mantenimiento y entrenamiento de la aerolínea.
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