Atrás quedó la imagen de China como la fábrica con mano de obra barata con la que el país era visto por la Unión Europea. En el continente se tiene ya al gigante asiático como un "rival" contra el que hay que tomar medidas pertinentes.
De acuerdo con un artículo del periódico El País, no es el asunto del Brexit o del Parlamento Europeo el tema dominante estos días en Bruselas, sino el asunto de China. Pues la Unión descubrió -mucho más tarde que EEUU- que su futuro depende de su adaptación a la imponente presencia del gigante asiático.
Según ese medio de comunicación, en un documento oficial emitido el pasado miércoles, la Comisión Europa calificó a China de "rival sistémico" y reorientó su estrategia respecto de esa nación, a la que acusó de competencia desleal, de fomentar el endeudamiento insostenible en los países vecinos de la Unión Europea -con el fin de controlar sus activos y sectores estratégicos.
Además está la cuestión de la seguridad. La Unión Europea no ve con buenos ojos la carrera armamentista que ha emprendido China.
Una fábrica en China (Foto de STR / AFP/ China OUT)
Si eso no es suficiente, la Unión tiene algo más de qué preocuparse: el asunto tecnológico. Si Europa fue líder en la primera generación de telefonía móvil, ahora no puede desarrollar 5G sin ayuda de Huawei, señalada por sus nexos con el Gobierno chino.
Y su inversión en desarrollo de nuevas tecnologías tampoco se compara. Angela Merkel anunció una inversión de 3,000 millones de euros en inteligencia artificial hasta 2025 mientras que China invertirá 130.000 millones hasta 2030.
Incluso en la reducción de emisiones de CO2, la iniciativa de la UE necesita del apoyo de China, pues su colaboración supone 30%, el doble que EEUU.
La UE teme también la dependencia del capital chino en algunos países en donde la nación asiática ha ganado influencia a través de inversiones y préstamos mediante el programa One Belt, One Road (la nueva Ruta de la Seda).
Existe además una diferencia entre la UE y China. Entre 2000 y 2018, China invirtió en la Unión 181.000 millones de euros, una cifra equiparable a la de las naciones europeas en territorio chino, pero mientras que Europa invierte en producción, China busca activos estratégicos y con alto valor tecnológico.
La Unión Europea ya ha tomado medidas. Se pondrá en marcha un mecanismo de escrutinio de inversiones extranjeras el próximo abril, el mismo mes en que tendrá lugar la cumbre UE-China.
Para Christina Müller-Markus, sinóloga en la Academia Nacional de Ciencia y Tecnología (Acatech) de Alemania, el objetivo de China es claro: "convertirse de nuevo en una superpotencia".