"¡Vuelvan a sus cámaras de gas!", le gritó un hombre a Yorai Feinberg frente a su restaurante de Berlín en diciembre de 2017. Sorprendido, publicó un video del incidente en las redes sociales. Desde entonces, ha sido hostigado por antisemitas de todas las tendencias.
"Hay personas que están obsesionadas conmigo", dice, con sonrisa amarga, este israelí de 37 años, que muestra en su ordenador portátil lo último que le ha llegado, esa mañana: unas 65 páginas de insultos enviados por un "cliente" habitual, un cierto Lutz F.
Siempre es lo mismo. "Comienza negando el holocausto, luego están las declaraciones de odio a Israel, luego los insultos de los tiempos de los nazis", como "sucio judío", "judío de mierda". Y, dice, hay "amenazas de muerte muy desagradables", leyendo en uno de los correos con letras grandes: "Te voy a matar".
Yorai Feinberg lleva seis años al frente de un restaurante de cocina de Oriente Medio en el distrito de Schöneberg, a pocos pasos del famoso Kurfürstendamm.
En él se sirve hummus, falafel o varios platos kosher, en un ambiente acogedor, con paredes decoradas con pinturas adornadas con la Estrella de David. En la ventana hay una menorá, el candelabro hebreo de siete brazos.
"Muy creativos"
Los incidentes empezaron pronto. Primero, las pegatinas que llamaban a un boicot a Israel, luego insultos por teléfono o correo electrónico.
Pero los ataques tomaron otra dimensión después de la difusión en las redes sociales del video filmado por un amigo en diciembre de 2017.
En él se ve a un alemán de unos cincuenta años atacando al restaurador: "¡No tienes nada que hacer aquí!", "¡Vuelvan a sus cámaras de gas!".
"El video se volvió viral y di entrevistas", dice la víctima. "Mi militancia ha aumentado" y al mismo tiempo los ataques "han empeorado de manera extrema".
El acoso es regular, en promedio una vez por semana. "Son, por desgracia, muy creativos", suspira.
Más allá de los insultos, también hay intentos de dañar su restaurante a través de valoraciones negativas en la red, y otros entraron directamente al establecimiento e insultaron a su personal.
"Hubo una historia más seria cuando tres adolescentes lanzaron grandes petardos a los clientes (…) y provocaron el pánico", antes de huir.
Sus atacantes son abrumadoramente de origen musulmán, dice, a menudo inmigrantes, ya que más de un millón de solicitantes de asilo llegaron a Alemania entre 2015 y 2016. Los otros vienen de ambos extremos, derecha e izquierda.
En total, Yorai Feinberg presentó 20 denuncias.
Hasta el momento, solo el abusador del video ha sido condenado a una sentencia de prisión suspendida de siete meses. Otro debe ser juzgado pronto.
"No capitular"
Más y más personas publican sus opiniones hostiles en su página de Facebook, bajo su identidad real, asegura Yorai Feinberg.
"Es absurdo, muchos no temen las consecuencias", se lamenta, diciendo que se siente abandonado por las autoridades.
Y eso pese a que Berlín nombró a finales de 2018 una fiscal, Claudia Vanoni, específicamente responsable de combatir el aumento de los actos de antisemitismo en la capital.
"Por el momento, realmente no ha tenido ningún efecto", dice el restaurador.
En una entrevista reciente, la fiscal admitió que el 41% de los 440 casos judiciales por actos antisemitas del año pasado fueron desestimados, a menudo, como le ha ocurrido a Feinberg, por falta de pruebas.
Sin embargo, "no quiero rendirme ahora", dice. Su petición de mayor severidad de la justicia ha recogido cerca de 50.000 firmas. Eso lo anima.
"Recibo mucho más apoyo y amor que odio y agresión", agrega. "Espero que este lado positivo se vuelva más fuerte, cada vez más notorio, en Alemania, Francia y Europa".
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