El ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, acusó el miércoles a Israel de "aventurerismo" en sus campañas de bombardeo de objetivos persas y de Hezbollah en Siria y aseguró que "no descarta" la posibilidad de una guerra entre ambos países, dos días después de señalar que el riesgo de un conflicto era "alto".
En diálogo con el periódico alemán Süddetusche Zeitung, el canciller volvió a insistir en que Irán se encuentra participando de la guerra civil en Siria "por invitación" del gobierno del dictador Bashar al Assad, mientras que Israel viola la ley internacional al ingresar en espacio aéreo sirio y libanés para sus ataques.
"Hay aventurerismo en el lado de ISrael, y el aventurerismo siempre es peligroso", dijo.
Preguntado si veía el surgimiento de un conflicto militar entre Irán e Israel, Zarif respondió: "No lo veo, pero no podemos excluir la posibilidad".
El domingo el canciller había realizado una advertencia similar, señalando que el riesgo de una guerra con Israel era "alto" y que "podía empeorar". Durante una presentación en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania, también insistió en que su país se encontraba en Siria por invitación del régimen y "sólo para combatir el terrorismo".
El año pasado el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reveló que su país había llevado a cabo cientos de bombarderos en Siria en los últimos tiempos contra objetivos del grupo terrorista Hezbollah y de las tropas iraníes apostadas cerca de la frontera.
El mandatario también señaló que esto aumentaría luego del anunciado retiro de las tropas de Estados Unidos del país.
De esta manera Israel ha intentado impedir que milicias extremistas con un largo historial de agresión sen instalen en su frontera, así como también de limitar la influencia de Irán, que ha jurado destruir a Israel y financia a muchas de estas milicias, en Siria.
Irán es uno de los principales aliados del dictador sirio, junto a Rusia, y su ayuda ha contribuido a prevenir el colapso del régimen y su resurgimiento en la guerra civil iniciada en 2011 y que ha causado casi 500.000 muertos, millones de refugiados y una fuerte desestabilización de la región.
Con información de Reuters
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