Un avión de la compañía Air New Zealand tuvo que retornar a Auckland luego de que las autoridades chinas le negarán el permiso para aterrizar debido a un error en el papeleo que casi provoca una crisis diplomática, indicó el martes periódico digital Stuff.
De acuerdo a diferentes fuentes citadas por la publicación neozelandesa, el vuelo NZ289 del sábado con destino a Shanghai incluyó en sus documentos presentados una referencia a Taiwán como país independiente que enfureció a las autoridades chinas.
La República Popular China, con capital en Beijing, reclama como propio el territorio de Taiwán, el cual se considera a su vez independiente y se autodenomina República de China, con capital en Taipei.
La diferencia se remonta al año 1949, cuando los comunistas liderados por Mao Tse Tung triunfaron en la guerra civil y se hicieron con el control de la mayor parte del país, mientras que los nacionalistas de Chiang Kai-shek se refugiaron en Taiwán.
Comparten, de esta manera, lengua, cultura e historia, aunque permanecen enfrentados políticamente.
Desde entonces Beijing no ha renunciado a la posibilidad de anexar la isla y presiona diplomáticamente para ser reconocida como única autoridad legítima china, amenazando con romper relaciones a aquellos países que reconozcan a Taiwán.
De acuerdo a Stuff, las autoridades chinas habían advertido en 2018 a Air New Zealand que debía quitar cualquier referencia a Taiwán como un estado independiente tanto en sus piezas de comunicación institucional como en el papeleo presentado para solicitar permiso para aterrizar en China.
Pero, aparentemente, hubo un error en los documentos presentados por la aerolínea, específicamente en papeles de la Autoridad Civil de Aviación de Nueva Zelanda incluidos en la solicitud de permiso, que causó el imprevisto.
El Boeing 787-9 matrícula ZK-NZQ llevaba ya varias horas volando con 270 personas a bordo y en dirección a Shanghai cuando debió retornar a Auckland.
No se sabe exactamente cuál fue el error, pero Air New Zealand comenzó a cubrir la ruta entre Auckland y Taipei en noviembre, y el del sábado fue el primer vuelo de la aeronave ZK-NZQ en la conexión entre Auckland y Shanghai, por lo que una desactualización en los trámites específicos al avión podrían haber sido clave.
De acuerdo a un comunicado de la aerolínea publicado por Bloomberg, la aplicación presentada ante China incluía una lista de los destinos que opera la empresa y esta lista incluía a Taipei, aunque no se ofrecieron más detalles.
Desde el Ministerio de Exteriores de China se indicó simplemente que el avión "no había tramitado un permiso de aterrizaje correcto" ya que se trataba de una aeronave destinada temporalmente a esa ruta.
Por el momento la situación problemática se solucionó cambiando de avión, y el vuelo NZ289 estaba cubriendo este miércoles la ruta entre Auckland y Shanghai con un Boeing 787 matrícula ZK-NZC, de acuerdo al sitio de monitoreo aérea FlightRadar24.
Los exigentes pedidos de China
La Administración Civil de Aviación de China ha extendido el pedido de no referirse a Taiwán como estado independiente a un gran número de aerolíneas.
Es así que la australiana Qantas habla en su sitio web oficial de "territorio" en lugar de "país" al referirse a la isla.
La misma Air New Zealand promociona sus vuelos a Taipei hablando de un "destino en el centro de Asia" y una "región subtropial", sin hacer referencia a su status político.
También American Airlines, Delta Airlines, United Continental, Hawaiian, Air France y Lufthansa han aceptado los pedidos de Beijing, según enumeró Bloomberg.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, rápidamente intentó evitar una crisis diplomática y desligó a su gobierno del incidente del sábado, cargando la responsabilidad en la aerolínea.
A pesar de ser importantes socios comerciales, Nueva Zelanda y China ambos países han experimentado un deterioro en sus relaciones en los últimos tiempos debido a acusaciones en el archipiélago de una creciente campaña de ciberespionaje e injerencia china en asuntos neozelandeses, así como también debido a la disputa política y comercial que mantienen Washington y Beijing.
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