El rescate del niño de dos años que lleva nueve días dentro de un pozo de unos 110 metros constituye "una situación extrema e inédita" por la "urgencia" y la complejidad del caso, afirmó este martes el delegado del Gobierno en la región española de Andalucía (sur), Alfonso Rodríguez.
En unas declaraciones ante la prensa que sigue las operaciones en una zona accidentada de la pequeña localidad de Totalán (provincia de Málaga, sur), Rodríguez destacó que el objetivo sigue siendo llegar hasta el niño "lo antes posible".
La operación, que mantiene en vilo a todo el país, afrontó nuevos problemas técnicos que retrasaron los trabajos, y el delegado del Gobierno intentó explicar la complicada situación que afrontan los técnicos y operarios.
El túnel vertical paralelo que se había excavado no pudo ser utilizado debido a problemas técnicos, pero el encamisado (la tubería interior) que se quería introducir para asegurar las paredes no entraba debido a algún tipo de desigualdad, así que se optó por aumentar el diámetro de la excavación.
Una vez entubado el túnel, se procederá a descender una pequeña jaula con un equipo de élite de salvamento minero llegado expresamente desde la región carbonera de Asturias (norte).
Los mineros tendrán que cavar a mano una galería lateral de unos cuatro metros de longitud hasta done se cree que está el niño.
El pequeño Julen cayó el pasado día 13 a un pozo de prospección de agua, un conducto de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de longitud, lo que desencadenó una operación de rescate sin precedentes en España.
Rodríguez recalcó la magnitud "impresionante" de los trabajos, que han incluido el movimiento de unas 40.000 toneladas de tierra y rocas, ya que además ha habido que construir caminos para facilitar el acceso de la maquinaria pesada al lugar.
Eso y los estudios geológicos previos normalmente requieren "meses" en circunstancias normales, añadió.
"Seguimos trabajando sin descanso", afirmó por su parte el responsable técnico del operativo de rescate, Ángel García, en la misma comparecencia, en la que explicó las complicaciones que surgieron en esta última fase del proceso.
El pozo de prospección de agua donde cayó el niño el pasado día 13 tiene unos 107 metros de profundidad y unos 25 centímetros de diámetro, y ante la imposibilidad de acceder a su interior los técnicos decidieron primero excavar un túnel horizontal aprovechando el desnivel de la zona.
Pero, al encontrar rocas de dureza extrema, se optó finalmente por perforar un túnel vertical paralelo al pozo para acceder desde él al lugar donde se cree que está el niño.
Sin embargo, el contratiempo retrasará, puede que en otro día, el inicio de la excavación de una galería por parte de los mineros para comunicar los dos conductos y llegar hasta el pequeño.
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