El equipo de rescate ultimó el plan de seguridad para rescatar al niño de dos años que cayó a un pozo hace ocho días en la localidad de Totalán (Málaga, sur de España) y "garantizar la seguridad de la intervención".
La caída del pequeño Julen en un conducto de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de longitud ha desencadenado una operación de rescate sin precedentes por su envergadura y complejidad en España, y mantiene en vilo a todo el país.
Las más de 300 personas que se encargan de encontrar al niño viven una carrera contrarreloj que se ha encontrado con todo tipo de dificultades a lo largo de una semana, mientras su familia, en especial sus padres, viven con angustia su rescate.
El equipo de psicólogos que acompaña a la familia de Julen intenta, por su parte, controlar y regular las emociones de los parientes ante la incertidumbre por el rescate del pequeño.
El presidente del Consorcio de Bomberos de Málaga, Francisco Delgado, explicó que se han revisado "todos los escenarios posibles" y, de esta forma, "ante cualquier problema que pueda surgir, tener la respuesta inmediata".
"Aquí no puede haber nada al azar, todo lo contrario, porque ahora llegamos a una parte crítica que tenemos que asegurar al máximo", remarcó Delgado.
El responsable de los bomberos indicó que continúan los trabajos de perforación de un túnel vertical paralelo al pozo, con una cota de profundidad alcanzada de 56 metros – el objetivo es llegar a los 60- debido a las dificultades del terreno, que "ayuda muy poco".
"Va lentamente, pero va funcionando bien, se han hecho los trabajos de mantenimiento", indicó el Delgado, quien no quiso dar plazos de finalización.
El siguiente paso, una vez que se lleguen a los 60 metros, será entubar la perforación y después se formará una galería de tres metros, que un equipo de mineros realizarán con martillos neumáticos, aunque las herramientas que se utilizarán dependerán de las circunstancias más o menos adversas que se vayan encontrando.
Después, una jaula especialmente creada para el rescate bajará de dos en dos a los mineros, que trabajarán por parejas una media hora.
Delgado subrayó la capacidad de entrega del equipo técnico, "que continuamente y ante cualquier problema, busca inmediatamente soluciones".
Sin embargo, el avance se ha visto retrasado por la tremenda dureza del terreno. El domingo, los equipos se toparon con una capa de granito de cinco metros. Y aunque la previsión para cavar el túnel paralelo era de 15 horas, llevan ya más de 40.
"Daos cuenta de que se está haciendo en días una obra que se tarda meses, además, sin ningún estudio geológico que sustente, porque no ha habido tiempo ni posibilidades", explicó el ingeniero Juan López-Escobar.
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