La Armada rusa seguirá de cerca los movimientos del destructor estadounidense "Donald Cook" que se adentró el sábado en el mar Negro, escenario de un incidente naval entre Rusia y Ucrania en noviembre pasado.
"Las fuerzas de la Flota del mar Negro procedieron a seguir al destructor norteamericano 'Donald Cook' equipado con misiles de la Armada de EEUU justo después de su incursión en las aguas del mar Negro", informó el Centro Nacional de Control de Defensa de Rusia en un comunicado.
El buque de patrulla costera "Pitlibi" será el encargado de seguir al destructor norteamericano, que tiene base en el puerto español de Rota y que ha participado en los bombardeos en Siria.
Además, la nota oficial recuerda que, en virtud de la Convención de Montreaux de 1936, que regula el paso por los estrechos de Bósforo y Dardanelos de buques militares que no pertenezcan a países bañados por el mar Negro, la estancia del "Donald Cook" "no debe superar los 21 días".
La Armada norteamericana recordó que patrulla de manera rutinaria el mar Negro en estricta conformidad con las leyes internacionales y que sigue apoyando a sus aliados en la defensa de los intereses regionales y la estabilidad marítima, en clara alusión a Ucrania.
El comandante del "Donald Cook", Matthew J.Powel, destacó que dicha cooperación permitirá reaccionar de manera eficaz ante futuras crisis y contener posibles agresiones.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha aceptado la propuesta de Berlín de enviar especialistas alemanes y franceses al estrecho de Kerch para comprobar que Moscú garantiza la libre navegación entre los mares Negro y Azov.
Tras reunirse con su colega ruso, Serguéi Lavrov, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, explicó que Berlín y París quieren verificar que el libre tránsito a través del estrecho de Kerch está garantizado, aunque Kiev no ha denunciado en las últimas semanas trabas a la navegación.
Disputa con Ucrania
El pasado 25 de noviembre tres buques ucranianos fueron apresados por guardacostas rusos por violar las aguas territoriales cerca de la península de Crimea, tras lo que Kiev acusó a Moscú de "agresión" y declaró el estado de excepción en diez regiones del país.
En medio de una condena internacional unánime, Putin defendió el uso de la fuerza contra los barcos -los guardacostas rusos abrieron fuego- y sus 24 tripulantes, que han sido encerrados en prisión preventiva hasta abril próximo.
Ucrania acusa al Kremlin de restringir el tránsito para convertir el Azov, mar interior compartido por rusos y ucranianos, en una zona bajo control ruso, mientras Moscú asegura que simplemente quiere garantizar la seguridad del puente de Crimea.
Por ese motivo, el presidente de EEUU, Donald Trump, canceló en el último momento la reunión con Putin, prevista para el pasado 1 de diciembre en Buenos Aires en el marco de la cumbre del G20.
(Con información de EFE)
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