Se cumple una semana de la desaparición del niño en un pozo de España: la dureza del terreno dificulta el rescate

Guardar

Los trabajos para rescatar al niño de dos años atrapado en un pozo del sur de España desde hace una semana avanzan más lentamente de lo deseado debido a la resistencia de parte del terreno donde se perfora un túnel paralelo de 60 metros, de los que ya se han excavado 40.

Pasadas 24 horas desde que comenzara el trabajo, los operarios consiguieron ahondar las dos terceras partes del conducto, desde donde se abrirá posteriormente una galería horizontal para llegar a la parte del pozo en la que se cree que podría estar el chiquillo.

Según informaron fuentes del dispositivo de búsqueda, la maquinaria, que trabaja sin descanso, se está encontrando con algunas zonas muy duras, que dificultan la excavación del túnel, aunque otras son más favorables.

Bomberos de la unidad de
Bomberos de la unidad de montaña conversan con la Guardia Civil, mientras continúan los trabajos del rescate de Julen (Daniel Pérez/ EFE)

Una cabeza perforadora especial se desplazada hasta el lugar para vencer la resistencia de la rocas más duras.

También expertos en explosivos de la Guardia Civil (cuerpo de seguridad) se incorporaron este domingo al operativo de rescate, aunque no ha trascendido la labor exacta que tendrían.

Los bomberos de la provincia de Málaga (sur) han diseñado una cápsula metálica para que los operarios bajen y suban por el túnel vertical.

Según los cálculos técnicos iniciales, perforar el túnel de 60 metros tardaría entre 12 y 15 horas; y cavar la galería a mano por unos mineros costaría otras 20 horas, en el mejor de los casos.

Antes, maquinaria pesada tuvo que efectuar un desmonte a toda prisa y atravesar un macizo rocoso para poder montar la plataforma de perforación.

Vista general de la zona
Vista general de la zona en la que continúan los trabajos de rescate de Julen, el niño de dos años que cayó el pasado domingo a un profundo y estrecho pozo en la localidad de Totalán (Daniel Pérez/ EFE)

El niño, llamado Julen, se cayó el domingo pasado por una prospección de agua de 25 centímetros de diámetro y 110 metros de profundidad en una finca privada de la localidad malagueña de Totalán (sur español).

El pozo está obstruido por un tapón de tierra a 71 metros de profundidad, de modo que no se puede acceder directamente a donde se cree que puede encontrarse.

Jose Rosell, padre de Julen
Jose Rosell, padre de Julen (Jorge Guerrero/ AFP)

Toda España sigue en vilo esta operación de rescate con la esperanza de que el niño pueda seguir con vida, algo cada vez más difícil según pasan los días y las horas.

(Con información de EFE)

Guardar